La reforma de la calle Conde del Real Agrado da más problemas que soluciones. Si el día de su apertura los vecinos ya protestaron por la poca diferencia de altura entre las aceras y la calzada, ayer lo hicieron los propietarios de los garajes. Los dueños denuncian que desde que comenzaron las obras existen filtraciones de agua y humedades, que afectan incluso a algunos vehículos, como el de Laura Alonso. Su vecina Ana González explica que las lluvias generan balsas de agua junto a la puerta de entrada al estacionamiento. "Antes no había problemas. Hay baldosas más elevadas que generan pendiente y se generan charcos", indica.

La comunidad de propietarios del estacionamiento ha elevado sus quejas al Ayuntamiento y no ha obtenido respuesta. "Nos dijeron que iban a solucionar los problemas antes de que acabara la obra y estamos como estábamos", critican estas vecinas. Esta actuación tenía un plazo inicial de ejecución de un mes y, definitivamente, duró cinco.

Otra de las quejas de los vecinos de esta calle se centra en la ocupación de las aceras por parte de los vehículos tras la retirada de las plazas de carga y descarga. Algunos coches impiden incluso el paso a los peatones, critican los residentes. Con una batería de quejas encima de la mesa, los luanquinos desean que el Ayuntamiento dé algún tipo de solución o presione a la adjudicataria para rematar los fallos de una obra que no para de hacer agua.