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Crece la tensión en el mercado metalúrgico

Las materias primas, la próxima crisis

Los analistas internacionales destacan que la fuerte caída de las cotizaciones de los metales que se producen en la comarca pone en peligro la economía mundial

Bobinas de acero en uno de los almacenes de Arcelor. RICARDO SOLÍS

El mercado mundial de materias primas está prendido con alfileres y corre el peligro de desmoronarse: el acero chino desbarata la capacidad de negocio de los grandes productores occidentales como Arcelor; Glencore se ha visto obligada a reducir su capacidad de extracción de blenda (la materia prima con que se fabrica el cinc) para impedir que China controle un mercado que tradicionalmente había estado en manos de la corporación anglosuiza. Y a todo esto se suma ahora el aluminio: hace pocos días su cotización en la Bolsa de Metales de Londres (LME, en sus siglas inglesas) cayó a niveles de hace seis años (1.279 dólares, en febrero de 2009).

La dirección de Arcelor en España ha resucitado recientemente un expediente de regulación de empleo (ERE) pactado con los sindicatos en los tiempos de las vacas flacas y que llevaba meses "congelado". La excusa de la empresa es la invasión de metal chino, incluso a precios inferiores al coste de fabricación (una práctica conocida como dumping). Los sindicatos, sin embargo, tienen otra visión relacionada con la inminente negociación de un nuevo acuerdo marco, esto es, los cimientos del nuevo convenio colectivo, el que tiene que regular las relaciones laborales en los tiempos de las vacas menos flacas.

Por su parte, la corporación Glencore, que es la propietaria de Asturiana de Zinc (Azsa), hace apenas dos semanas decidió no extraer de sus minas medio millón de toneladas de mineral de cinc con el fin de elevar la cotización del metal que se produce en la planta de San Juan de Nieva. Y dicho y hecho. El pasado viernes la Bolsa de Metales de Londres (LME) marcó como precio de referencia: 1.672,5 dólares por tonelada. Pero esto, por sí solo, no salva la deuda millonaria que tiene desde que compró y absorbió el conglomerado minero Xstrata.

La situación del aluminio preocupa no sólo ya a los fabricantes occidentales como Alcoa, que posee en Avilés una de sus tres fábricas de aluminio primario españolas. Las políticas económicas aplicadas por China desde esta pasada primavera han causado, según los analistas de mercados internacionales, una espectacular caída del precio de la cotización del mineral. Pero no sólo eso. Los grandes operadores del mundo aseguran que a China le puede salir el tiro por la culata: los excedentes de aluminio (815.000 toneladas este año) que proceden del gigante asiático en su mayor parte sobrepasan la capacidad de absorción de los mercados, apuntan los expertos internacionales. Y ante esta situación sólo hay una salida en el horizonte: que se recorte la producción (lo que lleva haciendo Alcoa desde 2012). El consumo mundial de aluminio previsto para este año se estima en unos 54 millones de toneladas y China produce por sí sola 33.

La aluminera rusa Rusal -el mayor productor del mundo- confirmó esta semana que está "revisando" algunas de sus operaciones; sin embargo, fundió 916.000 toneladas en el tercer trimestre; desde enero su producción aumentó un 1,4%.

Según señala la agencia Reuters, los productores de materias primas están esperando a que la Reserva Federal mantenga las tasas de mercado, una medida que podría debilitar el dólar y, a la vez, ayudar a impulsar la demanda de materias primas, por ejemplo, el cobre que cotiza a más de 5.000 dólares la toneladas, el estaño (15.200) o el níquel (10.600). A diferencia de estas "commodities" (materias primas), el cinc ha perdido en los últimos días el 0,2% de su valor y el plomo, un 0,3%.

China cuenta con algunas de las fundiciones más modernas y de más bajo costo en el mundo, la mayoría de ellas, ubicadas en las provincias del noroeste, como Xinjiang. También cuenta con una gran cantidad de plantas de mayor costo que deberían, por esa razón, estar fuera del negocio. Pero no es así. Las políticas proteccionistas de China, según los analistas internacionales, "malbaratan el futuro de la industria aluminera". Según la Asociación de Productores de Metales No Ferrosos de China, el gobierno local de la provincia de Gansu ha bajado el costo de la energía a la planta hasta el punto de que la factoría de Liancheng podría romper el mercado (desde Occidente se acusa a China de "dumping", es decir, de vender por debajo del coste).

La compañía Alcoa ha puesto sus barbas a remojar y ha dividido su compañía en dos: el aluminio ya no es la materia prima principal. Se da la circunstancia, sin embargo, de que las plantas que la multinacional norteamericana posee en España fabrican aluminio primario. Y por eso tienen las alarmas encendidas. A la dirección de la compañía casi le preocupa más en estos momentos el precio del aluminio que los tan traídos y llevados costes eléctricos. Las espadas están en todo lo alto; las "commodities" a la baja anuncian batalla.

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