La colocación de implantes de mama a aquellas mujeres que se someten a cirugía ablativa para extirpar un tumor ya es una realidad en el Hospital San Agustín. El especialista José Ignacio Jorge Barreiro presentó en 2010 un ambicioso proyecto a la dirección del complejo sanitario para realizar operaciones oncoplásticas y, a día de hoy, tras muchos meses de formación y pruebas, la mayoría de las 120 mujeres que pasan por el quirófano al año como consecuencia de un cáncer de mama tienen la posibilidad de someterse en la misma intervención quirúrgica a una reconstrucción que realiza un cirujano plástico. Hasta ahora, este tipo de operaciones se realizaban exclusivamente en el Hospital Universitario Central de Asturias.
La cirugía oncoplástica que se practica en el San Agustín consiste en "hacer espacio para la posterior colocación de una prótesis" al mismo tiempo que se extirpa el cáncer de mama. De esta forma se evita una operación posterior para reconstruir la mama de las mujeres que, por las características del tumor, deben someterse a una mastectomía. Esta práctica, no obstante, es consensuada en cada caso entre las enfermas y los profesionales sanitarios. La edad, el estadillo del tumor o decisiones personales de las pacientes son tenidas en cuenta por los profesionales.
José Ignacio Jorge Barreiro destaca que cada vez son menos las pacientes que se quedan sin el pecho completo fruto de una operación de cáncer de mama. "Se realizan menos ablaciones mamarias porque cada vez el cáncer se diagnostica más a tiempo pero tener en cartera este servicio que impulsó en su día el doctor Siro (ahora jubilado) es un orgullo para nosotros y un alivio para muchas mujeres que pierden el pecho", señala el jefe de Cirugía, que lleva 18 años al frente de la especialidad. Y agrega: "Hasta el momento, había pacientes que descartaban una reconstrucción con tal de no pasar una vez más por el quirófano, pero de esta forma se hacen dos operaciones en una".
La reconstrucción de la mama, según responsables de la Asociación Española Contra el Cáncer, no altera la evolución de la enfermedad. Es decir, no incrementa el riesgo de recaída del cáncer de mama, ni interfiere con el tratamiento de quimioterapia o radioterapia, aunque la enfermedad recidive. Tampoco interfiere con las pruebas que puedan ser necesarias en las revisiones tras los tratamientos. Según Jorge Barreiro, el área sanitaria avilesina, al igual que el resto de la región, tiene una de las tasas de supervivencia por cáncer de mama más elevadas del país a los cinco años de diagnosticarse la enfermedad.
Y esa es la lucha del equipo de Cirugía . "Estamos continuamente innovando para el mejor rendimiento del servicio", recalca el jefe del área, natural de Santiago de Compostela. Esta especialidad ha impulsado, por ejemplo, en lo que a cáncer de mama se refiere, una técnica conocida como ganglio centinela que consiste en introducir isótopos que permiten a los facultativos conocer ya en el quirófano si el paciente sufre metástasis.
