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ENRIQUE OLTRA | Sexólogo, profesor de la Facultad de Enfermería de Gijón

"En la educación sexual, los padres están para modular y corregir"

"Hay que aceptar que los hijos son seres sexuales desde la concepción"

Enrique Oltra, ayer, en el Centro de Servicios Universitarios. IRMA COLLÍN

La sexualidad en el desarrollo del niño centró la jornada de ayer del ciclo "Infancia saludable", que organiza el Centro de Servicios Universitarios. La charla corrió a cargo de Enrique Oltra, sexólogo y profesor de la Facultad de Enfermería de Gijón, adscrita a la Universidad de Oviedo.

-La sexualidad es un asunto difícil de abordar por los padres. Se sienten incómodos. Ayúdelos con algunos consejos.

-Los padres no tienen transmisión de información. Utilizando un símil, no enseñan a sus hijos a conducir, pero éstos ven durante la infancia cómo lo hacen y sus actitudes respecto al tráfico les quedan impregnadas. En la sexualidad es lo mismo. Más que conferencias o cursillos tienen que modelar la sexualidad cotidiana. El niño interpreta que esos ídolos que son los padres no tienen sexo y hacen disociación entre el amor puro de los padres y el sexo como algo impuro. Los padres no tienen contacto ni muestras de cariño por vergüenza, por un error de concepto, ya que piensan que el niño va a verlo mal.

-Los padres son los principales agentes educadores, pero los jóvenes obtienen la información a través de los amigos o los medios de comunicación.

-Los padres nos manejamos con dificultades personales en el ámbito de la sexualidad y con poca formación. Es cierto que las fuentes de información son más los amigos y los medios sociales. Pero los padres tienen como modelos imitativos -sobre todo, en la infancia- unos ejemplos moldeadores donde aprendemos cómo posicionarnos ante la vida y el sexo. Más adelante, los padres ya modulan la información que viene de otros ámbitos no controlados. En definitiva, están para modular y corregir.

-¿Se asocia la educación sexual con reproductividad olvidando los componentes afectivos, de convivencia?

-La educación sexual se ha asociado tradicionalmente a los problemas sexuales y se metía miedo al receptor. No se han dado las herramientas necesarias. El resultado: no ha funcionado. Ahora se intenta desarrollar una educación sexual desde la gestión de los afectos y del placer.

-¿Qué errores se cometen?

-Los padres lo hacen lo mejor que pueden y con la mejor voluntad. Si hay algún error es no buscar ayudas si tienen dificultades y, si acaso, partir de las necesidades de los propios padres y no de las de los hijos. A veces, nos complicamos la cabeza ante preguntas incómodas. Pero si los pequeños quieren saber de dónde vienen los niños, la respuesta es de la barriguita de mamá. Así se quedarán contentos y, cuando tengan la próxima duda, la plantearán de nuevo. Por el contrario, si ven que las preguntas nos angustian, entienden que de ese tema no hay que preguntar y ya no vuelve a repetir la experiencia. Hay que contestar con honestidad, desde el conocimiento y los valores de cada uno.

-¿Los padres deben esperar a que los hijos pregunten o adelantarse a las dudas?

-Las dudas surgen cuando tienen que surgir y si hay espacio de confianza y libertad, las plantean a cualquier edad. En la familia se pueden transmitir conceptos e información, pero eso también lo hace la escuela. La anatomía quizás la explique mejor el colegio. Si los niños han visto el cuerpo de los padres en un ambiente de tranquilidad y confianza ya la conocen y saben cómo van a ser de adultos y cómo se cuida y respeta.

-¿A qué edad debe comenzar la educación sexual?

-En el minuto cero. Cuando hablamos de bebés, sus necesidades sexuales son las de cuidados, de tacto, de ser queridos. En este momento, los padres están transmitiendo su relación con su propio cuerpo, con el entorno, que nos da placer o displacer.

-¿A los padres les cuesta entender que sus hijos son seres sexuales?

-Hay que aceptar que los hijos son seres sexuales desde el momento de la concepción. Cuando nacen tienen que aprender cómo relacionarse con el mundo. El bebé no tiene concepto de placer sexual; para él el placer es que los padres lo mezan en brazos, le toquen la piel, le den un masaje. Si maltratamos su cuerpo entenderá que el cuerpo está para ser maltratado.

-¿Los padres deben propiciar que los hijos compartan con ellos detalles de la sexualidad o respetar la intimidad?

-A los padres nos gustaría tener una cámara permanente en el cogote del niño, del joven y del adulto; seguir una vigilancia permanente, pero eso no es posible. Se trata de un juego de dar libertad teniendo autonomía. Hay que ir soltando cuerda, ver en qué medida el niño se responsabiliza, y dar grados de libertad. Lo importante es que haya una relación de confianza, que el niño sepa que estamos ahí, de su lado, incondicionalmente.

-¿Una sexualidad saludable se basa en una educación sólida, con mensajes positivos?

-Siempre con mensajes positivos. El ser humano aprende mal con estímulos negativos.

-¿Una adecuada formación sexual previene de abusos, violencia, malos tratos..?

-El peor de los escenarios es el desconocimiento y mirar a otro lado; el mejor es que la gente llegue a la infancia, juventud y edad adulta conociendo las dificultades, las posibilidades, sabiendo decir no cuando es no, sabiendo interpretar. La sexualidad no está sólo en el ámbito de la genitalidad, también en el de la vida.

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