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La música que une a los avilesinos

Amigos del País y los veteranos del Avilés y el Ensidesa animaron la madrugada del sábado con sendos actos entrañables

Colunga, exjugador del Ensidesa, se abraza con Quini, que estuvo de lo más efusivo con sus excompañeros. R. SOLÍS

La pasada noche del viernes al sábado no fue sólo la del tránsito meteorológico del veranillo de San Martín a los primeros fríos de la temporada invernal que viene -cayeron chuzos de punta, menos mal que hay soportales a punta pala- sino que decenas de avilesinos se dieron sendos homenajes de la mano de la Sociedad Económica de Amigos del País y la Asociación de Veteranos del Real Avilés y el Ensidesa, entidades que organizaron sus cenas anuales dando así la excusa para una velada a caballo entre lo emotivo y lo divertido. La música, de los más diversos estilos, fue la guinda que certificó la buena salud de la que goza la noche avilesina, en el caso del pasado viernes mágica por momentos.

Abrieron fuego los miembros de Amigos del País, que recibieron y acomodaron en el hotel Ferrera a la familia portuaria de la ciudad para hacerle entrega de su distinción anual. Recogió el premio el presidente, Santiago Rodríguez Vega, a quien sólo le faltó hacer como los toreros cuando brindan el toro al tendido en el momento de compartir el trofeo, el enésimo que recoge el Puerto en este año de su centenario.

Y hubo música, claro; la puso el ochote "Asturias", que en realidad no fueron ocho voces para la ocasión sino doce porque, como muy bien explicó el director, Luis Ángel Fombella, "en los concursos cantan sólo ocho, pero el equipo puede estar formado hasta por doce personas, y como la ocasión es desenfadada hoy quieren cantar todos". El ochote cosechó salvas de aplausos y algún que otro vítor y acabó regalando una de propina: "Asturias, patria querida". A ver cuál si no.

Esteban los comensales de la cena de Amigos del País rematando los postres y en el local Santacecilia de Galiana -donde se concentraron los exjugadores del Real Avilés y del Ensidesa- ya afinaban los instrumentos los músicos de "The Students", grupo de versiones de clásicos de los años sesenta y setenta al que le pone voz el incombustible "exlince" Luis Santiago. La cosa, como suele ocurrir cuando se toca entre amigos, degeneró por momentos en "jam session" y hasta el polifacético Toni Fidalgo -periodista, gestor deportivo, etcétera- se apuntó al bombardeo guitarra en ristre. Apenas habían sonado las campanadas de media noche.

Galiana arriba, hasta el parque del Carbayedo, los noctámbulos empedernidos buscaron más fiesta. La encontraron en un local amenizado por aficionados a la canción popular, cantada sin más pretensión que pasar un buen rato. Y allí cantó -poco y mal, todo hay que decirlo- hasta el dueño del Real Avilés, José María Tejero. El premio "Maratoniano de la noche" se lo llevó el empresario José Luis Vigil, primero cantó con el ochote, luego se puso a los teclados de "The Students" y de madrugada hizo de guitarrista acústico. Viva la música que une.

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