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China reduce su producción para dar aire al mercado internacional de metales

Las principales fundiciones orientales de cinc prevén recortar la fabricación en medio millón de toneladas, poco menos de lo que obtiene Azsa cada año

Chimeneas de Asturiana de Zinc desde El Espartal. RICARDO SOLÍS

Las principales fundiciones de cinc de China acaban de anunciar su intención de reducir su producción de metal en medio millón de toneladas, poco menos de lo que produce cada año la planta que la empresa Asturiana de Zinc (Azsa) tiene en San Juan de Nieva. Este medio millón de toneladas supone, según la agencia Reuters, una quinta parte de toda producción anual del gigante asiático. El objetivo de las fábricas de cinc del Lejano Oriente es dar aire al mercado internacional de metales, que languidece bajo mínimos desde la pasada primavera. El precio de referencia actual de la tonelada de cinc -lo establece cada día la Bolsa de Metales de Londres, (LME, en sus siglas en inglés)- es semejante al de 2009. El jueves pasado había caído a 1.487,5 dólares.

La reducción de producción fue anunciada de manera conjunta por las siguientes compañías: Zhuzhou Smelter Group Co Ltd; MCC Huludao Nonferrous Metal Group Co Ltd; Shenzhen Zhongjin Lingnan Nonfemet Company Ltd; Henan Yuguang Gold and Lead Group Co Ltd; Chihong Zinc and Germanium; Hanzhong Zinc Industry Co Ltd; Baiyin Nonferrous Metals Group Co Ltd; Dongling Group; Hechi Southern Non-ferrous Metal Smelting Co Ltd y Chifeng NFC Kumba Hongye Zinc Co, Ltd (CNKH).

La agencia Reuters cuantifica los recortes anunciados por este grupo de empresas en alrededor de un 3,5 por ciento de la producción mundial, en un año en el que se estima que saldrán alrededor de 14 millones de toneladas. Los analistas internacionales, sin embargo, entienden que este recorte no va a contribuir a levantar el mercado internacional de cinc de manera inmediata porque se prevé que el año 2016 se cierre con superávit, esto es, con más oferta que demanda. O sea, que los recortes de producción son buenos, pero que serían mejores si estos fueran más profundos.

Desde esta pasada primavera, el mercado internacional de materias primas vive en una superabundancia que trae consigo una crisis en la industria de primer calibre. La invasión de los mercados con metal manufacturado a bajo costo ha obligado a las grandes productoras occidentales a reorientar sus líneas de negocio. Alcoa, que fabrica en Avilés aluminio primario, ha anunciado la división en dos de su compañía para antes de que termine 2016. La multinacional Arcelor achaca al "dumping" (venta por debajo del coste) el actual clima de relaciones sociales en sus centros de trabajo españoles. Mientras tanto, Glencore -propietario último de Asturiana de Zinc- comunicó el pasado 9 de octubre que desistía de comercializar medio millón de toneladas de blenda (materia prima del cinc metal).

Bolsa de Londres

Este anuncio lanzó la cotización del metal en la Bolsa de Metales de Londres hasta un 10 por ciento. Sin embargo, la buena noticia no se alargó en el tiempo y las cosas volvieron rápidamente por el camino marcado por la República Popular China, un Estado que fomenta la producción con bonificaciones energéticas inauditas en occidente y, además, con condiciones laborales no admisibles ni en Europa, ni en los Estados Unidos, principales víctimas de la situación económica generada al otro lado del mundo.

A los recortes de los productores chinos, de Alcoa y de Glencore se suma ahora también la corporación belga Nyrstar -competencia europea de los propietarios de Asturiana de Zinc-. Y es que el colapso generalizado de los precios de los metales está encima de la mesa de los que controlan un sistema a punto de oxidarse.

Se da la circunstancia de que la comarca de Avilés es la única de España en la que operan a la vez corporaciones tan enormes como Asturiana de Zinc, Alcoa o Arcelor-Mittal, tres gigantes que manufacturan hierro, aluminio y cinc, metales caídos en el parqué de la Bolsa de Metales de Londres.

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