Astrid López de la Serna es la directora gerente de la Fundación de Trabajadores de la Siderurgia Integral (FTSI), la entidad con sede en Vizcaya y delegaciones en Avilés y Sagunto que pretende impulsar la formación de aprendices en Asturias. Licenciada en Psicología por la Universidad de Deusto y natural de Santurzi, ha trabajado en entidades privadas y públicas favoreciendo la incorporación social y laboral de personas y colectivos especialmente vulnerables. López de la Serna presentó hace semanas en Avilés los planes asturianos de la Fundación de la Siderurgia, que pretende poner en marcha su centro avilesino a principios de 2016 en el Nodo, con capacidad para unos noventa alumnos por curso.
-¿Tiene músculo la Fundación de Trabajadores de la Siderurgia?
-Una fundación es por definición un patrimonio puesto a disposición de un fin. La entidad tiene un fondo patrimonial importante y es solvente. Pero también tiene un patrimonio humano. Se puso en marcha porque nos encontramos con un montón de gente que se estaba prejubilando a una edad muy temprana (con una media de 52 años), con una vida inmensa por delante y con una experiencia enorme por detrás. La fundación se pone en marcha para poner a disposición de la sociedad todo ese conocimiento. El verdadero patrimonio es ése, y por tanto sí que tiene músculo.
-¿Y en Avilés?
-La Fundación es estatal y cuenta con tres sedes. La de Avilés tiene potencial. En nuestro patronato hay representantes vascos, valencianos y asturianos, todos con las mismas inquietudes y voluntades. Y por detrás tenemos a un montón de gente prejubilada del sector siderúrgico que va a ser nuestra primera cantera de voluntarios. Aquí, en Avilés, existe también esa cantera. La Fundación ha estado un poco encubierta por la falta de infraestructura, pero esto va a cambiar.
-La Fundación de la Siderurgia se presentó en Avilés en 2010 pero su actividad va a despegar realmente ahora, ¿su único problema ha sido la falta de una sede acorde a sus necesidades?
-Sí, básicamente ha sido un problema de infraestructura. Nunca hemos dejado de estar en Avilés y en Asturias. Hemos hecho varios programas y actividades, y contamos con una oficina en La Curtidora. Lo que no hemos desarrollado es la línea principal, la de inserción socio laboral que va unida a la formación. Y no la hemos desarrollado porque es la que requiere infraestructuras. Esto también nos ha impedido captar voluntarios.
-¿Con qué fondos cuenta la entidad y de qué se nutre?
-Tiene un fondo patrimonial que es intocable para los gastos corrientes y sólo se utiliza para inversión en gasto social. Viene derivado de la caja complementaria de los Altos Hornos de Vizcaya, un fondo que alimentaban tanto la empresa como los trabajadores para complementar situaciones de baja por enfermedad cuando la Seguridad Social no las cubría. Esa caja dejó de tener utilidad, quedó ahí como remanente, y había que darle una utilidad social.
-¿Cuentan con aportaciones privadas?
-Posteriormente han contribuido también a esos fondos dos entidades jurídicas: SEPI (la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) y la caja vasca (BBK). También accedemos a subvenciones, mediante concursos públicos, y colaboramos con entidades privadas, como las obras sociales.
-El sector metalúrgico asturiano dice tener dificultades para encontrar personal cualificado pese a las elevadas cifras de desempleo, ¿se ha dejado de lado la Formación Profesional? ¿Dónde está el fondo del problema?
-Esta es una pregunta con muchas aristas. No se ha dejado de lado, de hecho se ha querido potenciar a nivel público. Creo que la Formación Profesional ha tenido mala prensa entre los propios jóvenes. También ha llegado un punto en que se ha separado bastante la realidad empresarial de la Formación Profesional, como ocurrió también con el mundo universitario. Desde lo público se está intentando reconducir la situación promoviendo la formación dual, que tiene mucho más apego a la realidad empresarial.
-¿Qué opina la Fundación de la Siderurgia de ese modelo de formación dual que se ha implantado en Asturias como experiencia piloto?
-Conozco la experiencia y coincide con nuestro planteamiento. El objetivo de la Fundación es apostar por la formación dual. Cuando la entidad nació en 2007 ya empezamos a hablar de este modelo, que nosotros denominamos la escuela de aprendices del siglo XXI. Donde ha habido siderurgia, ha habido escuelas de aprendices: formación en el aula y en el taller compaginada con el trabajo en la propia empresa. En 2012, siguiendo modelos europeos como el alemán y el suizo, se reguló en España la formación dual. Pero en realidad ese es un modelo viejo.
-Un modelo viejo, pero en otros tiempos. ¿Qué plantean exactamente?
-Nosotros queremos potenciar la formación dual en el ámbito laboral. Es cierto que en varias comunidades se están haciendo intentos de promover la formación dual en el ámbito educativo, pero creemos que hay un hueco importante en el ámbito laboral. Es decir, queremos formar a jóvenes bajo los certificados de profesionalidad (con formación siempre acreditable) a la vez que están trabajando en una empresa del sector en el que se están formando.
-Para eso necesitarán que las empresas estén dispuestas a contratar a esos alumnos, que la patronal se involucre en este modelo.
-Sí, vamos a intentar involucrar a las pequeñas y medianas empresas (pymes), que son las que más mano de obra absorben. Las grandes empresas que quieren hacer formación dual ya la imparten con sus propios medios. El modelo que queremos es: formación dual en el ámbito laboral con pymes, y formación muy adecuada a la necesidad de mano de obra la empresa.
-¿Y cómo lo van a desarrollar?
-Sabemos que hay que hacer un esfuerzo importante, sobre todo para involucrar a las pymes, y pondremos en ello nuestro empeño. Es un modelo complicado desde el punto de vista de empresa porque una pyme puede acoger uno, dos aprendices, no más. Tiene que haber una entidad externa que coordine y gestione todo eso y para eso está la Fundación. Nuestro elemento diferenciador, además, es el voluntariado. En la formación dual hay dos figuras fundamentales: el tutor de empresa y el de formación. Creemos que a través del voluntariado podemos aportar esas dos figuras.
-¿Las empresas demandan personal a la entidad que usted dirige?
-Nuestros programas de acompañamiento a la inserción también siguen un modelo dual. Siempre hay dos patas: un equipo que trabaja con el demandante de empleo y otro prospectando el mercado de trabajo. En el País Vasco hay empresas que ya nos demandan perfiles, puestos concretos.
-¿Qué perfiles?
-En el País Vasco, desafortunadamente como aquí, nos demandan menos puestos industriales que antes, pero también es cierto que allí los índices de desempleo no son tan altos. La industria sigue siendo potente y el sector servicios ha despegado. El comercio está absorbiendo mucha mano de obra.
-Habla de un espectro muy amplio, ¿hay que desechar la idea de que los aprendices son solo metalúrgicos?
-Así es. Hay certificados de profesionalidad de 26 familias diferentes. El único requisito legal en España para ser aprendiz es tener menos de 30 años, y porque el contrato de aprendizaje así lo establece.
-¿Están en contacto con el Principado?
-Hemos estado en contacto y lo estaremos. Nosotros estamos autorizados como agencia de colocación sin ánimo de lucro para intermediar en el mercado laboral.
-¿Y ve disposición por parte del Gobierno regional?
-Disposición, toda. Creo que el Gobierno del Principado de -Asturias está trabajando de manera activa por el modelo dual en el ámbito laboral. Existen puntos de colaboración clarísimos con nuestro planteamiento.
-¿Cómo anima a los voluntarios para que se sumen a su proyecto?
-Cualquier persona con voluntad de aportar va a ser bienvenida. Va a tener un equipo de apoyo, no les dejaremos solos. La parte más importante de esta fundación es el voluntariado. Y tenemos las puertas abiertas.
