La Sección Tercera de la Audiencia Provincial ha condenado a siete años de cárcel, seis meses y un día al avilesino que intentó matar a puñaladas a su pareja en el piso en el que convivían el 12 de julio del año pasado. El Tribunal concluye que "el ánimo del agresor era letal" y que la irrupción de la madre de la víctima en la vivienda evitó que "las lesiones generadas no alcanzaran el nivel de gravedad que buscaba el autor". La condena, por un delito de intento de homicidio, incluye que el procesado no pueda acercarse a la mujer durante nueve años, que comenzarán a contar una vez que salga de prisión. La víctima eximió a su pareja en el juicio, que se celebró el pasado 3 de noviembre en Oviedo: "Mi vida no peligró", dijo al tribunal.

La sentencia recoge como probado que el acusado llegó a su casa el día de los hechos sobre las 21.00 horas y emprendió una discusión con su pareja. Discrepaban sobre si salían a tomar algo o si se quedaban en la vivienda. En el transcurso de la bronca, A. G. J. propinó a la mujer un puñetazo en el ojo que la hizo caer al suelo, golpeándose la cabeza y quedando aturdida. El procesado, valiéndose de una navaja y con el propósito de acabar con la vida de su compañera sentimental, le propinó varios navajazos en la zona del cuello, abdomen y costado. Siempre según recoge la sentencia, la cogió por la cabeza, y haciendo además de cortarle el cuello, se marchó del lugar ante la intervención de la madre de la mujer, que acudió en auxilio de su hija al presenciar la agresión.

Como consecuencia de la agresión, la víctima sufrió varias heridas, golpes, erosiones y cortes varios en diferentes partes del cuerpo, lesiones de las que tardó 21 días en curar. El tribunal también considera probado que A. G. J. había consumido en el momento de los hechos cannabis, cocaína y benzodiacepina, por lo que tenía "moderadamente afectadas sus facultades volitivas e intelectivas".

La Audiencia Provincial coincide con la versión que ofreció la Fiscalía, que pidió en el juicio para el imputado una pena de ocho años de prisión y una orden de alejamiento durante nueve años. La defensa, que ejerce el letrado Gabriel Giraudo, negó los hechos juzgados y solicitó bien la libre absolución, bien tres meses de cárcel.