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DAVID SALCINES | Portavoz de Somos en el Ayuntamiento de Avilés

"Hemos logrado que los socialistas estén más incómodos que en anteriores mandatos"

"El presupuesto municipal será la máquina de la verdad para comprobar si realmente hay un cambio político"

David Salcines, en el casco histórico de Avilés. RICARDO SOLÍS

David Salcines es neófito en el Ayuntamiento. Portavoz de Somos, compagina su labor municipal con su trabajo como profesor en el Instituto de Los Campos (Corvera) y con la secretaria general de Podemos Avilés. Y el cansancio se le nota en la cara. No obstante, eso no es un obstáculo para frenar sus ganas de cambiar la política.

-Uno de los mensajes que lanzaban en campaña electoral es que iban a levantar las alfombras del Ayuntamiento, ¿ya han encontrado algo debajo?

-Para nosotros, es una prioridad la transparencia democrática. Ya hemos presentado un par de denuncias por contrataciones mal preparadas y también una contratación a dedo. Además, hemos planteado en el Pleno una propuesta de cuentas abiertas y otra para que, en los contratos menores, se presenten, al menos, tres empresas para así evitar la corrupción. Próximamente, se debatirá en el Pleno una ordenanza de transparencia y plantearemos, si así lo requiere, todas las enmiendas necesarias para eliminar la depresión democrática.

-Ningún edil de Somos tenía experiencia en un ayuntamiento, ¿cómo está siendo la labor?

-En el primer Pleno, lanzamos la idea de que somos hijos de la precariedad y que estamos acostumbrados a cambiar de trabajo rápidamente y a adaptarnos a los tiempos. Somos nuevos en esto, pero aprendemos rápido. Lo estamos demostrando y estamos ejerciendo la oposición real en este Ayuntamiento. A nivel más personal, una de las cuestiones que más me llama la atención es que las cosas suceden con mucha velocidad y hay que ser ágil políticamente para responder a las demandas de los ciudadanos y a los retos del gobierno. En este sentido, creo que el PSOE, en estos cuatro meses, está mucho más incómodo que en mandatos anteriores. Se nota nuestra irrupción.

-Han formado un "tripartido" estable con IU y Ganemos.

-A nivel de programa, tenemos muchas cosas que compartíamos. Pero hemos llegado a acuerdos no solo ese tripartito del que habla; Ciudadanos se ha sumado a algunas de las cosas que proponemos, y también el PP. Lo que evidencia es que muchas veces el PSOE se queda solo y, en otras, necesita a su otro equipo de gobierno, que es el PP, en las cuestiones fundamentales. Las elecciones municipales demostraron que gran parte de la ciudadanía aspiraba a un cambio en la política avilesina. Recuerdo las palabras de Mariví Monteserín, que reconocía que era un Pleno muy fragmentado y que este mandato sería el de los cafés, en el sentido de que tendría que haber conversación. En estos cuatro meses, más que cafés, a nosotros sólo nos dejan los posos: no ha habido ni una sola propuesta de Somos que el PSOE haya querido discutir. La conversación se ha convertido en un monólogo.

-¿Cómo es la relación con el gobierno local?

-En el trato personal, sí nos reconocen ciertos méritos. Recuerdo cuando discutíamos las propuestas de las tasas y el IBI, que dijeron que la propuesta estaba muy trabajaba. Pero, en la práctica, no se han sentado a discutirla y se limitan a rechazarla.

-¿Cree que ésa será la tónica en este mandato?

-Me temo que sí, incluso se evidencia en cuestiones de carácter secundario, de la vida cotidiana del ayuntamiento, pero que revelan cómo el PSOE se cree el jefe de la institución. Por ejemplo, nos han cerrado las puertas de una sala donde nos juntábamos para reunirnos con colectivos o ciudadanos y con otros grupos municipales. También nos pidieron pagar por fotocopiar un documento. Estas pequeñas historias cotidianas demuestran lo que hay de fondo, que es esa actitud del PSOE de no ceder en nada.

-Pues ahora toca el debate presupuestario, ¿cómo lo afrontan?

-Con el mismo talante que siempre, tratando de plantear medidas que beneficien a quien peor lo está pasando. No obstante, no se trata sólo de valorar las partidas presupuestarias sino también analizar cómo se desarrollan esos servicios. Pongo un ejemplo asturiano. No sólo importa que aumente el dinero en gasto social sino cómo se tramita: si la gente que peor lo pasa tarda un año en cobrar el salario social es un problema porque no estamos actuando de manera eficiente a la hora de resolver problemas. El problema, además, es que nos resulta difícil creer las partidas del PSOE porque, a lo largo del año, van cambiando de compartimentos estancos. Ellos utilizan mecanismos legales para transformar el presupuesto a su gusto y conveniencia, como los reconocimiento extrajudiciales de crédito, que llevamos denunciando desde el primer Pleno. En todo caso, prudencia porque aún no tenemos una propuesta concreta.

-¿Cuáles son sus las líneas rojas para esa negociación?

-Estamos en una realidad social distinta a la de otros años. Vemos cómo aparecen los trabajadores pobres, lo que significa que el gasto social se tiene que modificar para que las ayudas no lleguen sólo a los muy pobres, sino también a los que no llegan a fin de mes. También queremos unos presupuesto realmente participativos. Estamos expectantes por ver si hay un giro político. El presupuesto será una máquina de la verdad para comprobar si hay un cambio. De momento, no lo hay.

-¿Cree que el PSOE dejará el debate presupuestaria para después de las elecciones generales?

-Creemos que sí y no debería ser así. La política estatal no debería injerir en la municipal. En política hay que mojarse y nosotros no tenemos miedo a posicionarnos.

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