"El banco malo está tomando el pelo al Ayuntamiento y perjudicando a los vecinos de Jardín de Cantos", espetó ayer Antonio Cabrera, presidente de la asociación vecinal del barrio, harto de esperar una solución para que el centro social sea una realidad veinte años después. Y es que los residentes ya no saben qué más puede ocurrir para que su única gran reivindicación en años pase del papel al ladrillo.

Cabrera explicó que la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) ya tiene en su poder las fichas de cada una de las parcelas que componen el suelo afectado por el convenio de Cristalería, donde está incluido el terreno donde se tiene que construir el equipamiento vecinal. "Ahora, tienen que dar una respuesta al Ayuntamiento y hacer un convenio nuevo. No creo que sea tan difícil con todos los datos encima de la mesa. Lo único que llevan haciendo todos estos meses es tomar el pelo, sobre todo, al área jurídica municipal. El Ayuntamiento tiene que intervenir en plan serio para que se cumpla lo acordado. Este convenio no puede perpetuarse en el tiempo; ya se han batido todos los récords en cuanto a incumplimiento", sentenció.

Los vecinos de Jardín de Cantos llevan más de veinte años esperando por el equipamiento, que permitirá la organización de actividades y que la asociación de vecinos del barrio cuente con una sede "digna". El futuro de este convenio fue pasando de mano en mano como consecuencia de la crisis que estalló en el sector del ladrillo. Primero fue propiedad de la empresa Avilés Costa Norte, que puso encima de la mesa la posibilidad de construir 350 viviendas en el área de Jardín de Cantos y La Maruca. Además, se incluía una parcela de 6.500 metros cuadrados para hacer el centro social.

El pleno municipal aprobó en julio de 2012 una modificación del acuerdo por el que el proyecto pasó al grupo Novacaixagalicia Grupo Inmobiliario, en ese momento inmerso en la polémica por el cobro de preferentes. Un año más tarde, todos los activos del grupo pasaron a manos de la Sareb.

En todo este tiempo, el Ayuntamiento ha intentado negociar nuevos acuerdos que permitieran habilitar el centro social, para el que ya está realizado el proyecto y ya cuenta con partida presupuestaria. Incluso tuvieron que solventar un problema de la titularidad de las parcelas afectadas por el convenio, ya que algunas de ellas eran de propietarios desconocidos.