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Con el agua sucia en los talones

Los vecinos de la avenida de Lugo urgen una solución para las constantes inundaciones que sufren bajos y portales

Claudio González, en la acera del sumidero. RICARDO SOLÍS

"El lunes, entre las tres y las cuatro de la madrugada, tuve que salir para ir al Hospital, porque hace poco me operaron del brazo y me dolía. En cuanto abrí la puerta, me llegó un olor insoportable y, en el portal, empecé a notar que el suelo estaba mojado", explica Luis Fernando Álvarez, vecino de la avenida de Lugo, en el barrio de Jardín de Cantos. Este jubilado del Puerto es uno de las decenas de afectados por las inundaciones que, periódicamente, se producen en esta vía que comunica directamente Avilés con Castrillón.

Los vecinos denuncian que, por el intenso olor, podrían tratarse de aguas fecales. Pero, desde el Ayuntamiento, se explica que es lluvia condensada. "Es un problema con un colector, que en ocasiones falla. Estamos intentando solucionarlo", asegura el concejal de Servicios Ciudadanos, Miguel Ángel García Balbuena.

El portal de Luis Fernando Álvarez no es de los más afectados. Pero, en esta ocasión, la cantidad de agua que rebasa el sumidero situado al otro lado de la calzada, sí llegó a entrar en el bajo del edificio en el que vive. Ayer ya no quedaban restos de la inundación, un día después. "No recuerdo que nos haya pasado más veces en nuestro caso, pero sí el agua sucia acumulada al salir a la calle. Lo primero que hice fue ir a cortar los contadores, por si era cosa nuestra. Pero pronto me di cuenta de que no", explica el avilesino, que es secretario de su comunidad.

Ese sumidero, un agujero en la acera, está tapado solo por una plancha metálica y, en ocasiones, se obstruye o tiene demasiada afluencia de las aguas que provienen de los edificios colindantes. Como no da abasto, se inunda toda la zona.

Hay otros bajos más afectados, como el local comercial de Claudio González, un antiguo establecimiento hostelero que no está abierto en la actualidad. "Cada poco tiene que venir un camión a desinfectar y tenemos que pintar de nuevo. Llevamos años sufriendo este problema y nadie hace nada. Nos dicen que hay unas obras de canalización pendientes, pero seguimos igual", explica el propietario. Luis Fernando Álvarez lo corrobora. "Vi que el martes tuvo que sacar sillas, mesas y cosas que había en el local, porque estaba todo sucio por el agua", sentenció el vecino.

Y es que, dice, se tiene que ir más allá de lo que habitualmente hace Aguas de Avilés, que heredó el problema. "Cada dos o tres días, muy poco tiempo, tenemos aquí un camión que se dedica a sacar el agua por el sumidero, para que no se llene. Viene un chófer con dos o tres operarios y están aquí un buen rato, muchas veces de noche. Después de todos estos años haciendo ese trabajo, seguro que habría salido mucho más barato canalizar correctamente el agua", asegura, resignado, Álvarez.

Hay algo que complica más el problema. La calzada, a la altura del portal número 127, donde está el sumidero, está llena de grandes baches, lo que propicia que, cuando el agua sobresale, se formen charcos sucios, que dejan un olor muy fuerte. "Nos tienen abandonados", sentencia Álvarez. "En la avenida de Lugo, pagamos los mismos impuestos que en La Cámara, pero eso parece que no le importa a nadie", añade, por su parte, González.

La situación de la carretera es muy mala, como vienen denunciado los vecinos de Jardín de Cantos desde hace tiempo. "Toda la avenida de Lugo está llena de enormes baches, un día de estos vamos a tener un disgusto, porque los conductores tienen que esquivarlos", dice Antonio Cabrera, presidente de la asociación de vecinos del barrio. Lo que ocurre es que la vía pertenece a Fomento y, desde el Principado, no se pone ninguna solución.

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