El dragado iniciado la pasada semana en la ría para dar un calado de 14 metros a los nuevos muelles de Valliniello seguirá adelante pese a las quejas de los miembros del colectivo ornitológico Mavea. Así lo aseguró el presidente de la Autoridad Portuaria de Avilés, Santiago Rodríguez Vega, impermeable a las advertencias que hizo el martes la organización conservacionista sobre los hipotéticos daños a los últimos vestigios naturales del estuario que causará la extracción de más de 325.000 metros cúbicos de lodo y arena del lecho estuarino. El presidente del Puerto también se puso de lado para esquivar la acusación de Mavea referida al alarmante deterioro ambiental que presentan la playa de San Balandrán, la charca de Zeluán y la ensenada de Llodero: "El mantenimiento de esas zonas no es competencia del Puerto", zanjó Rodríguez Vega. ¿De quién entonces? "Supongo que del Principado", respondió.

El máximo responsable del Puerto contestó a las críticas de los ecologistas, preocupados tanto por el estado de las últimas manchas "verdes" de la ría como por el futuro inmediato de las mismas, llevando el agua a su molino: de los daños ambientales visibles en la playa y las dunas de San Balandrán rebotó la competencia "a quien corresponda", del dragado en ejecución afirmó que será "el más respetuoso con el medio ambiente" nunca realizado en la ría avilesina y del conjunto de medidas de compensación ambiental que el Puerto ha decidido llevar a cabo graciosamente -esto es, sin estar obligado a ello- afirmó que han sido decididas por técnicos expertos en la materia, por lo que Rodríguez Vega no comprende por qué los miembros de Mavea las ponen en duda.

Para todo lo demás, el presidente de la Autoridad Portuaria de Avilés se remite al texto de la resolución de 30 de diciembre de 2014 del Ministerio de Medio Ambiente publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del día 5 de febrero de este año: "No se puede decir más de lo que ahí reza: las alegaciones al proyecto quedan debidamente contestadas y la obra de dragado, autorizada".

En ese documento al que alude Santiago Rodríguez Vega, la Secretaría de Estado de Medio Ambiente desestima la totalidad de alegaciones que presentaron organizaciones de corte ecologista a la realización de obras de dragado en la ría de Avilés, da por buena la propuesta de la dirección general de Sostenibilidad de la Costa y del Mar de usar una "ecodraga" en los trabajos y utilizar la técnica del "capping" para tapar los materiales dragados una vez vertidos en la zona de depósito (frente a la playa de Xagó) e impone un seguimiento periódico del dragado y un programa de vigilancia ambiental "dado el carácter innovador de las técnicas a emplear".

La Secretaría de Estado de Medio Ambiente concluye autorizando el proyecto de dragado propuesto por el Puerto de Avilés exonerándolo expresamente de tramitar un informe de evaluación de impacto ambiental, cuestión ésta que en su momento generó el enfado de quienes creen "inconcebible" permitir un dragado de la magnitud del que se está haciendo en la ría "sin tener claras sus consecuencias".

Con posterioridad a obtener el permiso ambiental para dragar, el Puerto decidió ejecutar una serie de obras complementarias con cargo a su presupuesto que incluyen labores de revegetación, afianzamiento de taludes, limpieza, eliminación de plantas invasoras y construcción de dunas.