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Un paso de cebra con "paradinha"

Los peatones se quejan de la isleta que divide por la mitad el nuevo cruce en la avenida de Cervantes porque supone "un riesgo y un incordio"

Paso de peatones en la avenida de Cervantes. RICARDO SOLÍS

"¡Esto no se le ocurre ni al que asó la manteca! ¿Cómo se puede proyectar un paso de peatones en una calle de alta densidad de tráfico que te obliga a parar en el medio de la calzada y permanecer allí de pie casi medio minuto antes de poder acabar de cruzarlo?". Ésta es la pregunta que realiza, en tono de queja, uno de los usuarios frecuentes del nuevo paso de cebra pintado en la avenida de Cervantes a la altura de la recién modelada plaza de los Oficios, un lugar muy transitado por peatones, dado que comunica áreas muy pobladas como El Arbolón y Puerta de la Villa con el centro urbano.

Los comerciantes con fachada al polémico paso de cebra aseguran que, desde la inauguración de la glorieta de la plaza de los Oficios, una obra que conllevó la reordenación del tráfico en la principal puerta de entrada a Avilés, han sido varios los atropellos ocurridos en el lugar de marras, afortunadamente, sin heridos de gran consideración. "Pero que ocurra una desgracia es solo cuestión de tiempo porque la peligrosidad del paso de peatones es manifiesta", advierte un vecino.

El controvertido paso de cebra cruza cuatro carriles de la avenida de Cervantes, dos descendentes hacia la plaza de los Oficios y otros dos ascendentes hacia el Carbayedo. En la mediana de ambas calzadas, se ha construido una isleta de unos ocho metros cuadrados, donde todo peatón que cruce por ese punto se ve obligado a hacer una parada para esperar a que se ponga verde el "muñequito", pues sistemáticamente ocurre que si una mitad del paso de peatones está habilitada para los viandantes, la otra tiene prohibido el paso para éstos.

Las quejas de los peatones se suceden y apuntan tanto a la peligrosidad de detenerse en medio de una vía transitada por cientos de coches como al incordio de tener que soportar las inclemencias meteorológicas "al raso" y, sobre todo, al riesgo que supone para la gente despistada ponerse a cruzar un paso de cebra que obliga a detenerse a mitad de maniobra. "No hay muchos de este tipo; lo normal es cruzar la calzada de un tirón. Por eso lo veo peligroso, porque no existe la costumbre de hacer un alto en el camino cuando se enciende la luz verde para cruzar la calle", señala una mujer que va de camino a casa y pasa por la avenida de Cervantes mirando y requetemirando a derecha e izquierda.

Los comerciantes que elevaron la queja a las autoridades municipales aseguran que, en principio, les han respondido con evasivas y con comentarios referidos a la imposibilidad de cambiar el ciclo de apertura de la luz verde de los peatones para que éstos crucen de un tirón la avenida de Cervantes dado que eso restaría fluidez al tráfico de vehículos por la cercana plaza de los Oficios. O sea que, mientras los técnicos analizan posibles mejoras, a los viandantes no le queda más remedio que hacer como Pelé cuando revolucionó la forma de tirar los penaltis: cruzar con "paradinha".

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