La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Recuerdo a un hermano que se fue

Pasó un año?

Sí, Carlos, ya hace un año que no estás con nosotros, y la vida no sigue igual. Pero tenemos que hacer que sea parecida a la que vivíamos junto a ti. Es difícil asumir que se nace, se vive y se muere.

Tenemos tus recuerdos de tu fuerte personalidad, tu inteligencia, tu sensibilidad por todo aquello que envolvía tu vida; una vida que fue demasiado corta, pero que supiste aprovechar, disfrutar, reír, llorar, de tantas vivencias que te pasaron en tus 52 años; de esa pícara sonrisa que tantas veces te afloraba en el rostro, el ímpetu al abrir la puerta de casa (ya sabíamos que eras tú).

Fuiste fiel a tus principios, donde la amistad, la responsabilidad y el compañerismo hicieron de ti, Carlos, un ser dedicado a tu trabajo, tus alumnos y sobre todo a tu familia. Siempre buscabas el "por qué" de todo, queriendo dar una solución a los conflictos internos y externos del ser humano, ibas en contra de tanta injusticia e hipocresía que tristemente anidan en la humanidad.

Supiste ir del lado de la verdad y honradez. Eras capaz de tocar el corazón de las personas que te conocían y eso a veces por muchos años que se viva no se llega a conseguir.

Carlos, quién te diría que meses más tarde tu compañera de trabajo María José (mucho lloró por tu pérdida), que tanto aprecio y cariño os teníais, también "se fue". La vida tiene a veces muchas sinrazones. Pero seguro que vuestras almas estarán recordando los días de trabajo que compartisteis.

No sé si los que de momento estamos aquí llegaremos al final en paz, satisfechos con nuestra conciencia y con nuestros seres queridos.

Como dijo el poeta: "¡Lo esencial es lo que hace que la vida valga la pena!"

Gracias, Carlos, por haber sido para tus padres, para Carmen y para mí un ser esencial.

Tu hermana Graciela.

Compartir el artículo

stats