El ejercicio físico y la dieta mediterránea son las dos principales armas que existen para combatir el cáncer de mama, según explicó ayer Soraya Casla, coordinadora del programa de ejercicio y oncología de GEICAM -premio "Luis Noé Fernández" de la Fundación Alimerka, que organizó el acto-, en una charla que tuvo lugar en el Niemeyer. "Existen muchos factores de riesgo, pero tener uno o varios no quiere decir que la persona vaya a tener cáncer o no tener ninguno exima de padecerlo", añadió la doctora.

Casla señaló que muchos factores de riesgo son propios de la persona y, contra ellos, no se puede hacer nada, como ser mujer, el envejecimiento, la genética o la raza. Pero sí se puede incidir en otros. "El estilo de vida de la mujer puede servir para prevenir el cáncer. Por ejemplo, hay que reducir la ingesta de alcohol, que influye mucho, incluso más que el tabaco, que hay que evitarlo por completo. Cada vez hay más estudios que lo demuestran. En el caso del alcohol un vaso de vino con las comidas, como mucho", señaló.

Pero si hay algo que está al alcance de todos, es la dieta. "Cada cinco kilos que engordas, es un 8 por ciento de aumento de riesgo", sentenció. Lo ideal es la dieta mediterránea. "Y poca cantidad. Tiene que entrar todo en un plato en cada comida: casi la mitad de verduras, un cuarto de proteínas y un cuarto de cereales", añade. En cuanto a la actividad física, es importante hacer ejercicios cardiovasculares como caminar o correr (3 veces a las semana, 30 minutos), como musculares, para tonificar (2 veces por semana, 30 minutos).