Ramón Riesgo está a punto de tirar la toalla. Es el patrón de una embarcación de palangre de Fondo de Cudillero que desde hace dos años registra pérdidas. "Si supiera hacer otra cosa, vendía ahora mismo o desguazaba", dice sin titubear. Tiene 40 años y con 15 conoció la mar. La experiencia y la pasión por pescar la heredó de su padre, otro marinero pixueto que "mal que bien" pasó su vida faenando sin pasar grandes necesidades.

Pero las formas de regular la pesca ha cambiado. Años más tarde, Ramón Riesgo se da cuenta de que el trabajo no sólo es duro, "no compensa por la mala gestión de un Gobierno". Con el que considera "injusto" reparto de las cuotas pesqueras de los últimos años, "no tenemos futuro". Su embarcación tiene unos gastos mensuales los 10.000 euros y la balanza no sale equilibrada: para toda la campaña de merluza, tenía una cuota de 13 toneladas. "Al precio que está la especie, imposible cubrir gastos, no llegamos", dice.

Su lamento es compartido por otros compañeros de profesión de Asturias. Más de un centenar se concentraron ayer en el puerto de Cudillero con la intención de pedir al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, explicaciones. No pudieron. El candidato a renovar el cargo no apareció por el puerto pixueto, pese a que días antes había confirmado asistencia. No se explicó en profundidad la razón de este cambio de última hora, pero algunos creen saberla. "No quería vernos, normal que le dé vergüenza. Nos está llevado a la ruina", comentaban los marineros en grupos.

El patrón José Antonio Fernández, de Luarca, señala que la pesca asturiana pasa por un momento de "agonía". Este año, pudo pescar 30 toneladas de merluza. "Se vende a tres euros el kilo y con los gastos que genera un barco con seis marineros, no alcanza", dice, indignado. Para él, la situación es "literalmente insostenible". Este año, se han desguazado cuatro volanteros que faenaban en el caladero cantábrico noroeste y otros se han quedado en lista de espera.

Juan Jesús Gutiérrez es el propietario de una embarcación de Lastres. Se dedica a las artes menores. No le afecta directamente el reparto de cuotas pero sí indirectamente. "Si los grandes no pueden pescar lo suyo, pues tenemos que repartir entre lo que queda", dice. "Es decir, esto es la ruina porque esta regulación nos asfixia, está mal diseñada", añade. Con 36 años de experiencia, en el sector pesquero asturiano, "nunca" vio tan difíciles las cosas.

Su compañero de profesión, Pedro Pérez, tiene la misma opinión. De Gijón, a sus 34 años es patrón de un barco que, entre otras, se dedica a la campaña de la caballa. Las cuotas de los últimos años han mermado su capacidad de ganancia y rendimiento. "Si antes ganabas 6.000 euros al mes, ahora te llevas 600", dice. Y de la ganancia del patrón se deben descontar las inversiones: los tripulantes con sus respectivos sueldos y seguridad social, el gasóleo, los aparejos y los víveres, entre otros materiales. "Las cuentas no salen", dice Pérez.