Avilés cuenta en la actualidad con un 3,7% de población inmigrante, la tasa más baja desde 2009, un colectivo que está sufriendo con especial virulencia los efectos de la crisis económica. En los últimos años, ha aumentado el número de personas que retornan a situaciones de vulnerabilidad y el de quienes apenas pueden cubrir sus necesidades básicas. En 2011, por ejemplo, eran 82 los extranjeros residentes en el concejo que se beneficiaron del salario social básico (el 7%), mientras que en 2014 fueron 188 (el 11,5%). Las estadísticas del Servicio Público de Empleo también hablan por sí solas. En 2007, fueron 148 los inmigrantes registrados, que frente a los 478 de 2014 supone un incremento del 223%; es decir, el paro entre la población extranjera residente en se ha triplicado durante los peores años de la recesión.

Todos estos datos trascendieron ayer, Día Internacional de las Personas Migrantes, en la presentación del III Diagnóstico de la inmigración de Avilés por parte de la concejala de Promoción Social, Yolanda Alonso, y del responsable territorial de Accem Asturias, Javier Mahía. El estudio, que da continuidad a los realizados en 2010 y 2012, persigue mostrar la realidad de esta colectiva y tratar de articular propuestas de mejora para favorecer los procesos de integración. Para elaborarlo, se han tenido en cuenta las experiencias de la población extranjera que acude a los servicios municipales.

El diagnóstico refleja el perfil de los inmigrantes que residen en la ciudad: varones (el 54% del total), jóvenes (con edades comprendidas entre los 20 y los 44 años) y de 42 nacionalidades diferentes, si bien destacan en número los rumanos y la comunidad africana. Ha aumentado el número de personas que no están empadronadas (el 22%), aunque crecen los que cuentan con autorización de residencia (55%). También se ha detectado un incremento de aquellos que se declaran sin recursos (31%) o perceptores del salario social (17%) y el descenso de personas asalariadas con contrato o que perciben prestaciones por desempleo. Uno de cada cuatro señala que su vivienda no es adecuada a sus necesidades y en el ámbito sociolaboral se ha percibido un aumento de los inmigrantes inactivos (41%) y desempleados de larga duración (32%). En este sentido, el portavoz de la comunidad africana, Izidro Monteiro, valoró las cláusulas sociales a la contratación impulsadas por el Ayuntamiento de Avilés en 2009. "Es fundamental para nosotros que se sigan manteniendo. No pedimos favores, sólo que podamos contar con oportunidades", aseveró.

El estudio ha permitido identificar cinco perfiles diferentes: aquellos en situación de exclusión sobrevenida, con dificultades para cubrir sus necesidades básicas, en dispositivos de acogida, familias en acompañamiento social y personas en acompañamiento sociolaboral. Los dos primeros perfiles se han detectado en estos últimos años.