La multinacional Glencore asegura que está en disposición de hacer frente a la deuda multimillonaria generada tras la compra del gigante minero Xstrata en el año 2013 y que ha hecho temblar sus cuentas. La dirección del conglomerado anglosuizo propietario de la compañía Asturiana de Zinc (Azsa) lo explicó a sus inversores en un reciente encuentro en Londres (Reino Unidos). Sin embargo, esto no parece que haya convencido a los mercados internacionales. La agencia Moody's Inverstors acaba de rebajar la categoría del bono crediticio de Glencore a solo un nivel por encima del bono basura (de Baa3 a Baa2). La explicación es clara: Moody's piensa que el mercado minero internacional no tiene visos de recuperación el próximo año.
La compañía que controla la fundidora de San Juan de Nieva (Castrillón), la tercera del mundo en producción de cinc y la más productiva del planeta, reconoció a sus inversores que tiene un plan para reducir las deudas contraídas para hacerse cargo de la fusión más importante de Europa del sector minerometalúrgico (unos 20.000 millones de dólares). Se da la circunstancia de que esta deuda llegó a alcanzar, según Reuters, 30.000 millones de dólares. El plan de reducción de deuda de Glencore implica la venta de activos, la reducción de los gastos de capital, la suspensión de los pagos de dividendos y el aumento del capital social. Todo esto, sin embargo, choca con la caída del precio de dos de las materias primas que comercia liza el gigante que dirige Ivan Glasenberg: el cobre cayó un 11 por ciento en noviembre y el cinc anda más o menos como hace seis años.
Sin embargo, Glencore no es la única compañía que tiene que reducir su deuda industrial como consecuencia de la crisis de las materias primas. Lo tiene que hacer Anglo American (que estuvo en el punto de mira de la antigua Xstrata) y también lo tiene que hacer Lonmin, que en la comarca de Avilés no tiene intereses, pero que se ve arrollada también por la crisis de las materias primas generada en China y que ha dejado a la Unión Europea desarmada ante la llegada de excesos de producción bajo la sospecha de "dumping" (precio por debajo del coste).
Glencore prevé una facturación de 7.700 millones de dólares el próximo año, según la agencia Reuters. Se da la circunstancia, sin embargo, de que le precio de las acciones han caído en los últimos meses un 68 por ciento.
