Una multitud despidió ayer en la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Carmen de Salinas a Leopoldo Martínez, Polo, el que fuera durante años secretario de la Cofradía de la Buena Mesa de la Mar de la localidad y un dinámico actor del movimiento vecinal, que falleció el sábado a los 78 años. Decenas de amigos de este hombre "comprometido, bueno y hecho a sí mismo", como le describen los allegados, se dieron cita en el templo para dar cariño a su viuda, Soledad Real, y a sus hijos, Leopoldo y Nuria. Al funeral asistieron, emocionados, muchos de los compañeros de la Cofradía, a la que Martínez dedicó buena parte de su vida y esfuerzos.

Nacido en Serandinas (Boal), Leopoldo Martínez empezó a trabajar joven en el sector de la banca. Recaló en el Banco Bilbao y, debido a la política de traslados de la entidad financiera, acabó en las oficinas avilesinas Villalegre y Llaranes, tras pasar previamente por la de La Caridad (El Franco). Es en ese momento cuando entra en contacto con el movimiento vecinal de la comarca y empieza a tomar decisiones dentro de la Cofradía de la Buena Mesa de la Mar de Salinas, una entidad dedicada a potenciar la gastronomía local y regional, en la que actualmente ocupaba el cargo de secretario de la Mesa Mayor. "Era el motor de la entidad desde su creación, será irremplazable", señalan estos días sus compañeros, tras el duro golpe recibido.

Martínez era además miembro de la Asociación de Vecinos "Amigos de Salinas", una entidad muy activa en la defensa de los intereses de la localidad y cuyo presidente, Eloy Martínez Argüelles, expresó ayer su dolor por la muerte de su amigo. "Siempre tuvo como referencia que todos los residentes nos lleváramos bien. Era una gran persona", afirmó el líder del colectivo, a modo de resumen del sentimiento generalizado en el concejo de Castrillón.