Igor Paskual vale tanto para un roto como para un descosido. Sólo, con su guitarra, es capaz de llenar de música desesperada el altar mayor de la iglesia vieja de Sabugo. Todos los focos le apuntan como le apuntaban hace años, cuando lideraba la banda "glam" "Babylon Chat"; desde Oviedo, al cielo sideral. Con una boa anudada al pie del micrófono y el control de la escena, Paskual era grande. Vuelve enorme esta noche y lo hace con disco nuevo bajo el brazo: "Tierra firme", el que tiene una portada de mareas sobre el músico, que no termina de ahogarse. El concierto comienza a las 21.00 horas en la sala Club del Niemeyer, que es como el centro de atracción de lo mejor que se hace a este y al otro lado del Pajares. Se vio, sin ir más lejos, la semana pasada, cuando Pablo Moro y su banda lo dieron todo por la música mejor. Y se llevaron aplausos y admiraciones.

Paskual es, de un tiempo a esta parte, uno de los letristas de Loquillo, pero también de sí mismo. Escribe canciones, artículos de opinión y crónicas deportivas. Todo esto sin dejar de grabar discos, sin dejar los escenarios ni tampoco las noches. Igor Paskual es uno de los referentes más aplaudidos del presente.

En "Tierra firme", lo explicó el otro día el músico en este periódico, se aleja "del rock ortodoxo para hacer uno que no está obsoleto". Y añadió: "Las letras siguen siendo en primera persona. Y también hay varios puntos de vista: a una canción de amor le sigue una de infidelidad; a una sobre volver a casa, otra de huir muy lejos". Y es normal: Paskual no se abandona cuando escribe música. "Realmente, lo que sucede en la música es muy distinto a lo que pasa en el teatro, por ejemplo. Pero, en mi caso, se debe a mi absoluta falta de imaginación. Si la tuviera, podría escribir, como Springsteen, la historia de un veterano del Vietnam que vuelve a casa. Lo que sí que tengo es una vida verdaderamente inspiradora, así que sí, si escucha mis discos descubrirá una autobiografía como son todas las autobiografías: muy engañosas", concluyó.