"Lo siento, se ha colgado el ordenador... Si es tan amable, espere que ahora le atenderá otra compañera". Semejante escena, síntoma de que algo no iba todo lo bien que debiera en el sistema informático, se repitió varias veces ayer en la oficina de Correos de la calle Doctor Graíño, donde decenas de personas hicieron cola durante toda la mañana para gestionar sus envíos o recoger paquetería.

Los funcionarios, cariacontecidos, excusaban las anomalías, pedían disculpas por los trastornos y achacaban los bloqueos de sus ordenadores y la lentitud con la que por momentos operaban éstos a la alta carga de trabajo que se registra estos días navideños y que, supuestamente, llega a colapsar los servidores centrales de la mayor entidad postal española.

Una portavoz de Correos en Asturias aseguró ayer por la tarde que, oficialmente al menos, no había constancia de averías o grandes trastornos informáticos en la zona de Avilés.