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Experiencia para los jóvenes del metal

Los voluntarios de la Fundación de la Siderurgia imparten charlas y talleres en centros educativos y animan a otros a sumarse al proyecto

Alejandro Cueli, Gloria Asla Iglesias y Justo Manso, en La Curtidora. RICARDO SOLÍS

Alejandro Cueli perdió el dedo pulgar de la mano derecha hace quince años en un accidente laboral. Entonces tenía 48, trabajaba en la aluminera Alcoa como empleado de la empresa Pasek España y una hormigonera le atrapó la mano. Pasó 21 días hospitalizado, dos operaciones y quedó impedido. Mejor suerte corrió Justo Manso, que logró evitar la siniestralidad laboral en los 43 años que trabajó en la gran siderúrgica, hoy Arcelor-Mittal, si bien la vivió muy de cerca. Su padre sufrió una caída cuando él era un niño, y cuando tan solo llevaba un año en la fábrica asistió al mayor siniestro laboral de la historia de la comarca, la explosión de la acería LD-I de Ensidesa, que se cobró diez víctimas mortales y más de ochenta heridos.

Cueli y Manso comparten ahora sus experiencias con jóvenes asturianos, a los que ilustran sobre la relevancia de cumplir la normativa de seguridad en el trabajo. Ellos son dos de los voluntarios avilesinos de la Fundación de Trabajadores de la Siderurgia Integral, que en los últimos años ha puesto en marcha varias actuaciones relacionadas con la promoción del empleo, la formación y la sensibilización en valores, bajo el prisma de la participación del voluntariado senior (extrabajadores de la siderurgia) y de las actividades intergeneracionales.

Alejandro Cueli, portavoz de IU en el Ayuntamiento de Avilés, colabora con la entidad desde hace tres años de la mano del proyecto "Mejor con seguridad", que busca sensibilizar al alumnado de formación profesional sobre la importancia de la Prevención de los Riesgos Laborales. Se organizan charlas en los centros educativos, con el testimonio de personas que han sufrido en primera persona un accidente o una enfermedad profesional. "Transmitimos la experiencia de un accidente traumático y analizamos las causas para evitar que se produzcan otros. Nunca se puede bajar la guardia", señala Cueli.

El avilesino Justo Manso se jubiló hace tres años y según salió de la fábrica se sumó como voluntario a la Fundación de la Siderurgia. "La Asociación de Antiguos Alumnos de Ensidesa, a la que pertenezco, contactó hace cuatro años con el Gobierno del Principado para ofrecernos a participar como tutores en la puesta en marcha de la formación dual. Como todavía estaba muy en pañales y la formación dual es uno de los pilares de la Fundación de la Siderurgia, me ofrecí a colaborar como voluntario", explica.

Manso colabora en varios programas, relacionados con seguridad laboral, memoria industrial y acompañamiento sociolaboral y socioeducativo. "Siempre me gustó la formación, aunque mi trayectoria profesional fue industrial. Al jubilarme, y tener tiempo libre, decidí dedicarlo a apoyar a apoyar a chavales", prosigue. Así que este aprendiz de Ensidesa imparte charlas en centros educativos. Y dice que recibe más de lo que ofrece. "Di una charla sobre memoria industrial en el Instituto de La Luz. Después de explicar a los alumnos la historia preindustrial de Avilés, de hablarles de la vidriera y de la azucarera, vinieron a darme las gracias. Ver que se interesan por lo que les cuentas y que sacan buen rendimiento a lo largo del curso es una satisfacción tremenda", sostiene.

La avilesina Gloria Asla Iglesias acaba de incorporarse como voluntaria a la Fundación de la Siderurgia. Diplomada en Magisterio, dará clases de refuerzo en centros educativos avilesinos en horario extraescolar. Estas clases son en realidad talleres en los que se aborda desde la historia de la ciudad a la informática, cualquier actividad "que motive a los críos". "Este proyecto fue el que me motivó para empezar a colaborar con esta fundación, aunque eso no implica que vaya a participar en otros", añade.

La Fundación Integral de la Siderurgia cuenta con una oficina en el centro de empresas de La Curtidora, pero en 2016 se mudará al inmueble del Nodo que ocupó en su día el Colegio Público Virgen de las Mareas, donde pretende promover el modelo dual con la meta de involucrar a las pequeñas y medianas empresas (pymes). Para conseguir este ambicioso reto necesita captar a más voluntarios. "Para poner en marcha más proyectos en el nuevo equipamiento necesitamos que se una gente a la iniciativa. El objetivo es transmitir los conocimientos que tenemos a otras generaciones. Un voluntario da, pero también recibe", asevera Cueli. "En Avilés hay muchísima gente que puede aportar cosas, no sólo del ámbito siderúrgico. Que vean esta fundación como una entidad de apoyo a jóvenes en diferentes facetas. Esta no es una organización política ni sindical, estamos aquí para ayudar", añade Manso.

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