La crisis de las materias primas dejó temblando la economía mundial durante el año 2015 y, en consecuencia, a buena parte de las multinacionales que operan en la comarca de Avilés. Una de las caídas mayores, según señala la agencia Reuters, se vio en el mercado del cinc (el metal que se manufactura en las instalaciones castrillonenses de Asturiana de Zinc cuesta hoy un 25 por ciento menos que a comienzos de 2015).

Las razones de esta caída están en el cambio de paradigma político en China, cuyo gobierno decidió esta pasada primavera rendir todo apoyo a las industrias propias en detrimento de la compra de materias primas foráneas. Esto contribuyó a que las empresas del gigante asiático incrementaran de manera espectacular sus producciones y, en consecuencia, a que las compañías occidentales la paralizaran. Además de esto, los analistas internacionales explican la situación presente en la fortaleza del dólar y la caída de las cotizaciones en la Bolsa de Metales de Londres (LME, en sus siglas en inglés), que es la que marca el promedio general de la tonelada de los metales no ferrosos.

El descalabro del cinc no es único (ni tampoco el más grave). El níquel cayó más de un 40 por ciento y el cobre, también un 25 por ciento. Ninguno de los metales se manufactura en la comarca.

El estaño y el aluminio cedieron un 24 y un 19 por ciento, respectivamente. El aluminio es el principal producto de la empresa Alcoa, que mantiene en San Balandrán una de las tres factorías españolas. El estaño es otro metal que no afecta a la economía de la comarca. Lo mismo sucede con el plomo, que fue el menos afectado. Según Reuters, los inversores esperan que los metales básicos hayan superado lo peor, pero algunos gerentes de fondos y analistas prevén mayores pérdidas este año.