El kilo de merluza del pincho se vende estos días en las pescaderías de la comarca a unos 17 euros, a nueve el de merluza del Cantábrico y a más de 18 el de pixín, por citar solo algunas de las especies de mayor interés comercial. La escasez de capturas debido al mal estado de la mar ha ocasionado una subida generalizada de los precios. La mayoría de las embarcaciones permanecen desde hace días amarradas a puerto y solo algunas salen estos días a la mar pese al fuerte oleaje. "Esta subida de los precios es engañosa porque los meses de enero y febrero siempre fueron los peores para vender pescado", señaló ayer el presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores, Dimas García, que auguró que, una vez que amaine el temporal, el coste del pescado caerá por los suelos.
"Estos temporales los tenemos todos los años y este año en concreto no nos podemos quejar porque pudimos trabajar bastante bien durante las Navidad", incidió García. Los comercializadores, mayoristas y exportadores así como el consumidor final son los que más están notando la falta de pescado. En la mayoría de los negocios, escasea el surtido de pescado y el que está a la venta se ofrece a un precio elevado. Los pescaderos ofrecen, no obstante, alternativas más económicas generalmente de piscifactoría como doradas o lubinas, con el precio a veces marcado por pieza.
El mal tiempo -hoy Avilés está en alerta amarilla por lluvias- continuará en los próximos días pero la previsión es que remita el fuerte oleaje y que la flota que ahora permanece amarrada a puerto pueda salir a navegar en las próximas horas. La carencia de pescado en la rula de Avilés repercute no solo en las pescaderías de la comarca sino en las de todo el país que se suministran en la lonja local. La limitación de la oferta ha provocado especialmente el encarecimiento de pescados como el rodaballo salvaje, el pixín (rape) o el besugo.
