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La crisis tumbó diez de catorce convenios aprobados para edificar 3.700 casas

Apenas se ha construido el 19 por ciento de las viviendas previstas y proyectos como el de Gaxín están casi abandonados

Terrenos afectados por el plan de Gaxín. RICARDO SOLÍS

La mayoría de los grandes proyectos urbanísticos de Avilés están paralizados y sus promotores, en concurso de acreedores y suspensión de pagos. La crisis económica ha echado lastre al gran desarrollo de la ciudad y ha convertido el suelo llamado a albergar a miles de nuevos residentes en mero prado propiedad de los bancos. Y el futuro es negro, a no ser que alguna empresa decida invertir de nuevo en alguna de las zonas afectadas.

De los catorce convenios firmados con capacidad para construir 3.700 viviendas apenas se han desarrollado cuatro de los acuerdos y construidos unos 700 pisos, los correspondientes a la Manzana de los Álvarez, la calle Luz García Casanova, los de Campelo en La Plata y Dolores Ibárruri, el de la avenida de la Constitución y la manzana de los Chaplin. En este último caso, de las 230 viviendas previstas, hay, por el momento, 40. El resto comenzarán a construirse este año, según comunicaron los promotores en fechas recientes. Respecto al de la avenida de la Constitución, la promotora, que ahora está en concurso de acreedores, sólo construyó una de las tres fases previstas.

Si los convenios no avanzan, los grandes desarrollos urbanísticos, apenas. El plan más ambicioso, el de Gaxín, que albergaba el mayor número de viviendas (3.000), está casi en el abandono por el desinterés de los propietarios de los terrenos. Muchos de los suelos son ahora propiedad de la Sareb, más conocido como "banco malo", por lo que el Ayuntamiento tiene más dificultades de comunicar posibles cambios. Y es que uno de los objetivos municipales es quitar al residencial la categoría de área de desarrollo prioritario y desgajar el proyecto en varias actuaciones más pequeñas para poder hacer más viable su posible desarrollo.

El único gran proyecto que tienen visos de empezar a salir a la luz es el de La Llamosa, previsto para 1.500 pisos. Su promotora, la empresa Gocasa, quiere iniciar este año los movimientos de tierra e incluso comenzar con la ejecución del vial de cuatro carriles entre la rotonda de los Canapés y la Luz, que descongestionará en buena medida el tráfico existente en esa salida de Avilés. La empresa realizará esos trabajos en compensación al Ayuntamiento de Avilés.

Y ese es uno de los graves problemas de la falta de consecución de los convenios urbanísticos: el no desarrollo de los proyectos que las empresas tienen que realizar para compensar a la ciudad por permitir la construcción de nuevos pisos. Así, por ejemplo, en el caso de La Lleda, en la zona de Buenavista, su desarrollo llevaría aparejado un vial que conectaría la ciudad con la autovía del Cantábrico. O el de Cristalería, en Jardín de Cantos, con el que se prevé conseguir una parcela para habilitar un centro social para el barrio. O el del Alto de Vidriero, que permitiría la cesión de 27.000 metros cuadrados para zonas verdes y otros equipamientos públicos y viarios.

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