Unas seis o siete personas sin hogar duermen diariamente en las calles de Avilés, según señalan desde el área de Servicios Sociales del Ayuntamiento basándose en la información que les transmiten los educadores de calle, personas que recorren los distintos barrios de la ciudad para detectar las carencias sociales e informarles de los recursos que existen en el concejo. "En su mayoría están de paso", apunta Lourdes Martín Seco, trabajadora social del programa municipal de inclusión social y comunitaria.

Para ayudarles a afrontar las bajas temperaturas, la Cruz Roja, en colaboración con el Ayuntamiento, pondrá en marcha en los próximos días el programa de atención consistente en el reparto de mantas y bebidas calientes.

Desde hace unos años, durante los meses más fríos del invierno, cuando el termómetro marca cinco o menos grados, un grupo de voluntarios de la organización no gubernamental recorre los puntos de la ciudad en los que habitualmente se encuentran los hombres y mujeres que carecen de un techo bajo el que protegerse y optan por un banco en un parque, el acceso a una vivienda, la entrada a un local comercial o un cajero automático como único espacio en el que pasar la noche. Con una furgoneta recorren el núcleo urbano, centrándose en las calles y en los espacios más utilizados para pernoctar, señala Lourdes Martín Seco.

Al tiempo que les facilitan prendas de abrigo y bebidas para mitigar en la medida de lo posible el frío, los voluntarios les informan del albergue situado en la calle La Estación y de otros recursos a los que pueden optar. "En algunos casos acceden, pero hay personas que duermen en la calle, saben de la existencia del albergue y no quieren utilizarlo. Es una decisión personal y nosotros no podemos forzarlos, sólo intentar convencerlos", apunta la trabajadora social para calificar de "difícil" la situación que atraviesan estas personas, afectadas en su mayoría de enfermedades mentales y con adicciones.