Lo que se verá sobre la escena del Niemeyer el próximo sábado (20.30 horas) será el espectáculo de la pobreza: "Danzad malditos", un montaje inspirado en la clásica película casi homónima de Sidney Pollack y en la novela anterior, de Horace McCoy. "No tratamos de trasladar a escena lo que otros ya hicieron muy bien", aclaró ayer Alberto Velasco, el director del montaje y hace no mucho también de "Delicia", que se programó en el vestíbulo del auditorio del complejo cultural. "Hemos tratado de reconstruir a través de fotografías de la época aquel ambiente que retrata McCoy, los retratos de la miseria; esos maratones de baile en los que los supervivientes prescindían de su dignidad a cambio de dinero", añadió. Era la Gran Depresión. "Pero esta situación no ha cambiado mucho", remató.

El actor José Luis Ferrer perseguía desde hace tiempo la posibilidad de llevar a escena una historia tan terrible como la de "Danzad malditos". Junto a Ferrer actúa una docena más de actores. "Cuando comenzamos con esta idea no pensábamos que esto era una superproducción", reconoció Velasco, que es consciente de que los nuevos espectáculos se sustentan sobre el trabajo de uno o dos actores. "Cinco ya es una barbaridad, pero para hacer esto era preciso este plantel", subrayó el director de escena.

"Danzad malditos" es un montaje que supera las expectativas de los espectadores. Se estrenó en la última edición del "Frinje Madrid" y este otoño estuvo en Las Naves del Español. "Cosechamos éxito de público y de crítica, como se suele decir. Y ahora este fin de semana comenzamos la gira en Avilés, en el Niemeyer. Y es una suerte", apuntó Alberto Velasco.

"Cada noche es distinta porque cada día el presentador propone una serie de pruebas a los actores para comenzar el espectáculo. Son pruebas de azar, fuerza y lealtad. Al final tiene la última palabra un espectador", reconoció. Un modo extraordinario de traer el presente la miseria y el aplauso de los que tienen dinero.