"La braquiterapia es una técnica alternativa a la cirugía de próstata que tiene un índice de curación igual, que ronda el 98%, y unas tasas de incontinencia e impotencia muy bajas", señaló ayer Herminio González, oncólogo radioterápico del Hospital Central de Asturias y director de la Unidad Braquiterápica del Hospital Begoña de Gijón, durante la charla que ofreció en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Avilés. A continuación, se desgranan diferentes aspectos de este método expuestos por el especialista.

Sistema de actuación. Consiste en introducir una semilla radioactiva de yodo 125 dentro de la próstata. Con esta actuación se consiguen dos efectos igualmente positivos: matar las células tumorales que provocan el cáncer de próstata y preservar el conjunto de estructuras llamadas órganos de riesgo (vejiga o intestino...) porque la radiación se da justo en el órgano en cuestión.

Pacientes. Todos los pacientes son susceptibles de someterse a una braquiterapia. En los estadíos más bajos se puede hacer braquiterapia de próstata exclusiva y, en los más avanzados, se puede complementar la radioterapia externa con la técnica en cuestión, dando unas dosis muy alta a la próstata.

Técnica novedosa. Buena parte de la población la desconoce, pero en Estados Unidos se lleva utilizando alrededor de 25 años. En Asturias, se empezó a aplicar en 1998.

Recuperación. La recuperación del paciente es excelente. El procedimiento tarda aproximadamente una hora en hacerse. El paciente sale del quirófano sin sonda y al día siguiente está haciendo sus actividades habituales. Es una técnica casi ambulatoria, no necesita hospitalización más que la recuperación de la anestesia y el paciente hace su vida prácticamente normal.

Técnica para otros tumores. Se utiliza en otros tipos de tumores: de cáncer de mama, tumores de cabeza y cuello, experimentalmente tumores cerebrales, de pulmón, en cánceres ginecológicos.. Pero se utiliza otro tipo de braquiterapia que no es la de la semilla de yodo 125; es braquiterapia llamada de alta tasa de actividad.

Niveles de aceptación. Está dirigida a pacientes que huyen de los efectos secundarios de la cirugía y que prefieren curarse sin efectos secundarios que limitan la vida.

Desventajas. Frente a los pros, el único contra que puede tener es que el paciente emite radiación durante unos meses que no es peligrosa con lo cual le limita estar en contacto con mujeres embarazadas y con niños pequeños. El resto son todas ventajas

Coste económico. Las semillas proceden de Alemania y tienen un coste importante. La cirugía, por su parte, tiene un menor coste aunque a la larga es mayor porque necesita una semana o diez días de hospitalización. Al final sale más barato hacerse una braquiterapia que una cirugía radical, que dura dos o tres horas, el paciente pierde mucha sangre, tiene que salir con una sonda del quirófano y la recuperación es mucho más larga.