La caída del precio del petróleo arrolla todo cuanto encuentra a su paso. También la cotización de la tonelada de cinc, que es el producto estrella de la planta de Asturiana de Zinc (Azsa) de San Juan de Nieva, la joya de la corona de las fundidoras propiedad del gigante minero anglosuizo Glencore. Según el periódico "Financial Times", el mercado de este metal corre peligro de que se reduzca un 3 por ciento, pero el desgaste de esta materia prima no será tan grande como el de los mercados de níquel y del cobre. El precio del níquel se encuentra a niveles de 2003. Los tres metales son consustanciales al desarrollo de Glencore.

En paralelo al abaratamiento del petróleo, algunos grandes productores de cinc refinado de China han acordado intercambiar información sobre el desarrollo del mercado con el fin de "asegurar que se reciban los cargos razonables", señaló ayer la agencia Reuters citando fuentes del sector.

La idea que tienen los productores chinos de cinc es crear un "lobby" que ponga al hilo el mercado de un metal crucial para el desarrollo a posteriori del acero inoxidable (el cinc galvaniza el acero y esto lo dota de un mayor futuro). Esto podría afectar a Glencore de manera negativa, apuntan comentaristas de mercados minerales. Y es que la corporación propietaria de Azsa es la principal productora de este metal en Europa y una de las más importantes del mundo (la fábrica de San Juan de Nieva es, de hecho, la tercera del mundo de su tipo; cerró el año 2015 superando su propio récord de producción).

Así pues, la crisis de las materias primas pone en guardia a los grandes productores del mundo; una crisis que nace de la superproducción de metal y de su puesta a la venta con precios por debajo de su coste (hacer "dumping"), según denunciaron los fabricantes occidentales ante las autoridades europeas. Glencore se defendió de esta situación reduciendo un tercio su producción de concentrado de cinc (materia prima del metal que se fabrica en Castrillón), una medida que le dio fruto en las primeras jornadas, pero que está ahora en un futuro sin determinar a cuenta de una crisis de materias primas que comenzó la pasada primavera cuando el Gobierno de China abrió los puertos del mayor mercado internacional del mundo que se había mantenido cerrado a cal y canto para aplauso de occidente. La producción de aluminio también está afectada por esta crisis.