"Son 83 días sin cobrar más la paga de Navidad. Los Reyes este año, nada, fueron horribles. Toda la plantilla tiene cargas familiares, hijos, hipotecas...". Rubén López, uno de los vigilantes de seguridad del área sanitaria avilesina que ayer se concentraron en el Hospital San Agustín para protestar por la situación laboral a la que se ven abocados describe de esta forma el día a día de los 13 empleados afectados por la quiebra de la empresa para la que trabajaban. Exigen al Principado que adjudique de nuevo el servicio, de forma urgente, y que la empresa ganadora los subrogue. La situación económica de algunos afectados es tan apurada que CC OO ha puesto en marcha unos bonos de colaboración. Sus sueldos rondan los 1.000 euros y las cantidades que les adeudan oscilan entre los 4.000 y los 5.000, según sus propios cálculos.

Numerosos conductores de coches y autobuses sufrieron el corte de la carretera interior del hospital que protagonizaron los trabajadores de seguridad a las once de la mañana, al concentrarse en la entrada del San Agustín. Personal sanitario y representantes sindicales se sumaron a la protesta, encabezada por una pancarta de CC OO en la que hacían al Principado culpable último del conflicto. Los empleados también plantaron tiendas de campaña y están dispuestos a cumplir turnos de dos acampados en señal de protesta.

Rafael Bravo, secretario de negociación colectiva de CC OO, explicó que la semana que viene se producirá una reunión entre los consejeros de Sanidad y Presidencia, acompañados de sus directores generales, para ver si existe algún tipo de solución. "Si nos dijeran algo en concreto... Pero poco alivio es porque no saben qué hacer", afirmó Bravo. La subrogación es la esperanza de una plantilla acostumbrada a pasar de empresa en empresa. Algunos de los trabajadores llevan ya 28 años como vigilantes de los servicios sanitarios en Avilés y han tenido nóminas de más de 15 firmas diferentes.

El secretario general de la Federación de Construcción y Servicios de CC OO, Jeremías dos Santos, insistió no sólo en buscar una solución al conflicto sino también en que la Administración deje de "subastar" los contratos y vuelva a un sistema de concurso que ofrezca unas garantías de la empresa contratada. "De lo contrario, se llegan a bajas temerarias aún sabiendo que no van a poder dar el servicio", explicó. El sindicato está haciendo propuestas en los ayuntamientos para que los pliegos de condiciones recojan más criterios que el meramente económico. O, como afirmó José María Guzmán Pacios, secretario general de CC OO, hay que evitar que los servicios se adjudiquen a "piratas". "Y, además, la mayoría de las contratas de la comarca tienen su sede fuera de Asturias, esto complica la negociación", añadió.

Los vigilantes no son los únicos afectados por el conflicto. También los usuarios y trabajadores del San Agustín sufren las consecuencias de que no exista un servicio de seguridad. "Antes, ante cualquier conflicto, sobre todo con familiares de pacientes, la mera presencia de los trabajadores de seguridad calmaba la situación", explicó la enfermera Marta Arias. Pilar González, trabajadora de urgencias, afirmó que los vigilantes son clave para evitar conflictos en caso de que haya pacientes agresivos, con intoxicaciones y desórdenes. "En otros hospitales, hay un vigilante permanentemente en urgencias", añadió. En el San Agustín, dos para todo el recinto.

Tanto González como Arias destacaron el buen trabajo que han realizado hasta ahora los mismos vigilantes que ven peligrar sus puestos de trabajo. "Estos días los echamos mucho de menos en urgencias, ya que la sola presencia de los vigilantes hace que no pasen más familiares de los que deben", explicaron. Además, reconocieron que les resulta mucho más complicado imponer orden por ser mujeres, ya que en caso de conflicto es habitual discutir su autoridad.