La Asociación de Amigos del Museo de las Anclas de Salinas se ha propuesto rendir tributo este año a la Armada de Alemania ("Deutsche Marine"). "Nuestra pretensión es entregar a sus representantes nuestro pergamino, el reconocimiento que entregamos a personalidades, instituciones u organismos relacionados con la mar", explica Juan Manuel Cuervo, actual presidente de la asociación. "Los marinos alemanes están olvidados incluso en su propio país", señala. "Durante la Segunda Guerra Mundial murieron 30.000 de los 40.000 hombres que la conformaban", añade. "Nuestro empeño es eminentemente cultural. Aquellos hombres que sobrevivieron a las batallas de la Segunda Guerra Mundial tuvieron que olvidar que habían luchado por su país, sobremanera, los de la unidad de submarinos", remata. La Armada Alemana, en los años del segundo conflicto mundial, se llamaba "Kriegs Marine". Entonces gobernaba el país Adolf Hitler. "La Deutsche Marine nada tiene que ver con la Kriegs Marine. De todas las maneras, la Armada entonces fue el cuerpo menos politizado del país", explica Cuervo.
La propuesta de la Asociación del Museo de Anclas ya es conocida por la Embajada de la República Federal de Alemania en España. "Ahora tienen que trasladar el asunto al Gobierno de Berlín, que finalmente decidirá si aceptan nuestro reconocimiento", reconoce el presidente de la asociación castrillonense. Si llega el plácet de las autoridades alemanas, la ceremonia de entrega se celebrará el próximo 28 de junio, en conmemoración del fallecimiento del oceanógrafo francés Philippe Cousteau, que da nombre al museo de las Anclas de Salinas. En 2014, el reconocimiento se lo llevó el submarinista Eduard Ametlla y, poco antes, la Armada de Bolivia, país sin mar que reivindica su salida a la costa desde hace más de un siglo, cuando perdió una guerra contra Chile.
Cuervo explica que la pretensión de la asociación que preside "no es reivindicar a los que lucharon por Hitler, ni mucho menos". "Se trata de recordar a unos hombres que los han borrado de la historia", añade. La Armada alemana en la Segunda Guerra Mundial fue implacable contra barcos de guerra y de civiles procedentes de los países aliados. "Aquellas víctimas ya tienen recuerdo. Lo que sucedió a los marinos alemanes es que, aparte de perder la guerra, también perdieron la paz... Cuando terminó la guerra, nadie les reconocía en su propio país. Sólo hay dos museos dedicados a la marina. Están en la zona de Kiel y están bajo la administración de una asociación de víctimas de la Primera Guerra Mundial, es decir, una asociación anterior a Hitler", señala Cuervo.
"Hace tiempo que conozco a un compañero de trabajo que se llama Josef Steinhäuser. Su padre estuvo en la tripulación de un submarino que fue hundido en el sur de Groenlandia. Se salvó. Fue apresado en Canadá y así se pasó toda la Guerra. Lo singular es que los historiadores dicen que el submarino en el que servía el padre de mi compañero fue hundido y no tuvo supervivientes. Pero por lo menos hubo tres. Esto es sólo un ejemplo de lo que digo, del olvido de la marina", apunta el presidente de la asociación. "La marina en Alemania es un asunto tabú en su país, me dijo Steinhäuser cuando coincidimos en la celebraciones del Carmen de 2014", recalca.
Así pues, la asociación castrillonense inició los trámites para que la Armada alemana actual reciba el pergamino en una ceremonia que se celebra en el museo de las Anclas. "Me puse en contacto con el cónsul honorario de Alemania en Tenerife, Ángel Hernández. Me dijo que la iba a tramitar, pero me pidió que la retrasase un año: de 2015 a ahora. Le dije que por supuesto. Esta petición la conoce ya el embajador, Peter Tempel, que en poco tiempo se reunirá con los cónsules alemanes en España. Después la tienen que trasladar al Ministerio de Defensa de Alemania", explica Cuervo. "Nuestra intención es única: contribuir a divulgar la cultura de la mar. Y los marinos de Alemania tienen derecho a este reconocimiento", destaca el presidente de la asociación que fundó Agustín Santarúa.
