Investigadores del centro avilesino del Instituto de Materiales de Asturias (ITMA) y la compañía EDP han desarrollado unas espumas metálicas con una amplia gama de aplicaciones industriales a partir de uno de los residuos que emiten las centrales térmicas: las cenizas volantes. La posible fabricación de este nuevo material mecánico a escala industrial permitirá a EDP dar utilidad a uno de los residuos más abundantes de las centrales térmicas y, de forma simultánea, un abaratamiento en el desarrollo de las espumas metálicas con respecto a las que utilizan partículas cerámicas.

Las espumas metálicas son un nuevo tipo de materiales que, debido a sus características únicas, han suscitado un gran interés en varios campos tecnológicos. Su particular estructura ligera y sus buenas propiedades físicas, química y mecánicas las hacen aptas para una amplia gama de aplicaciones industriales, como la industria de automoción, aeroespacial, naval, ferroviaria y de construcción.

En este trabajo de investigación, los científicos del ITMA desarrollan experimentalmente estas nuevas espumas metálicas con cenizas volantes como agente estabilizador mediante dos vías o procedimientos metalúrgicos: la vía del fundido y la técnica de la metalurgia de polvos o pulvimetalurgia.

Una vez desarrollada esta primera fase de investigación, los técnicos del ITMA y los responsables de investigación, desarrollo e innovación de EDP se plantean su escalado preindustrial, para lo que será necesaria la producción de nuevas espumas metálicas en base aluminio con las cenizas volantes como agente estabilizador, en unas instalaciones industriales. Esto supondría un nuevo paso en este proyecto, que echó a andar en 2014 y que ha supuesto el desarrollo de un novedoso material metálico de alto valor añadido y menor coste.