Cuatro miembros de una misma familia avilesina fueron evacuados ayer de su domicilio de la calle José Cueto, número 56, al intoxicarse por inhalación de monóxido de carbono, y ahora se recuperan en el Hospital San Agustín. El padre, la madre y dos hijas de 17 y 18 años estaban en su casa cuando se produjo la mala combustión de un calentador de gas butano, minutos antes de la medianoche.

Al percatarse de la situación el padre alertó al Centro de Coordinación de Emergencias, y al lugar del suceso se desplazaron dos bomberos del parque de Avilés, con un furgón multisocorro, así como la Policía Local. También recibió aviso la compañía de gas.

Una mala combustión de gas butano produce monóxido de carbono, que es inodoro, incoloro y no irritante, por lo que no se percibe fácilmente. Si se acumula en un espacio cerrado, se deposita en las zonas más bajas de la estancia, ya que es más denso que el aire. El resultado final es que se origina una deficiencia de oxígeno que puede resultar fatal.

Las personas más vulnerables a la inhalación de monóxido de carbono son los niños, los ancianos, quienes padecen de enfermedades cardiacas y respiratorias, los fumadores y las embarazadas. Una intoxicación por este gas puede afectar al sistema nervioso y también puede provocar cambios de humor y dolor de cabeza. Si la exposición es más prolongada, el monóxido de carbono es capaz de producir lesiones neurológicas irreversibles e, incluso, la muerte. De ahí que se recomiende revisar periódicamente los sistemas de calefacción y controlar que las rejillas de ventilación estén libres.