España y Portugal valoran el resultado que está dando el plan de gestión de la sardina, pese a que los científicos alertan de que no da signos de recuperación, y mantendrán su aplicación este año. En una reciente reunión entre el secretario general de Pesca, Andrés Hermida, y el secretario de Estado de Pesca luso, José Apolinario, se acordó continuar con la gestión de la pesquería de manera conjunta, en base a acuerdos de medidas técnicas y límites temporales de descargas, teniendo en cuenta tanto el estado biológico del stock como consideraciones de carácter socioeconómico.

La previsión es que la cuota de sardina se reduzca en un 25 por ciento sobre la del año pasado, que ya fue muy escasa por la mala situación de la biomasa de la especie. Así, el reparto se hará sobre unas 14.000 toneladas de sardina; el año pasado fue un 53 por ciento del cupo para Portugal y un 47 por ciento para España (9.000 toneladas de las 19.000 totales). La idea es que la cuota que le toque a la flota española se distribuya en un sesenta por ciento para los barcos de la cornisa cantábrica y un cuarenta por ciento para las embarcaciones del golfo de Cádiz.

Por el momento, y pese a la merma de la biomasa de sardina y la advertencia de los biólogos, la secretaría de Pesca no considera necesaria una veda, ya que estima que la limitación de la pesquería entre los meses de marzo y noviembre "ya es suficiente". No obstante, Andrés Hermida reconoció que la situación de la especie "no está en sus mejores momentos".

Expertos de la rula de Avilés, por otro lado, están trabajando en un proyecto para crear un sistema de visión artificial basado en espectrofotometría infrarroja que mida la frescura de la merluza en la primera venta. Se trata de una iniciativa impulsada por la Federación nacional de asociaciones provinciales de empresarios detallistas de pescados y productos congelados (Fedepesca) y desarrollada en el centro tecnológico AZTI, en Guipúzcoa. El objetivo final, según sus responsables, es aportar valor añadido al producto y reducir "la subjetividad propia de la evaluación sensorial humana y aumentar la confianza de todos los agentes".