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Una alimaña arrasa Trasmonte

Un animal salvaje sin identificar por los vecinos mata en el último mes a varias gallinas y a casi una decena de ovejas, a las que les come la cabeza

Manuel Rodríguez, uno de los afectados, ante su ganadería de ovejas, ayer. MARA VILLAMUZA

Una alimaña pulula por las caserías de Trasmonte y trae como locos a los vecinos. No saben si se trata de una jineta o de un raposo, pero lo que sí se han dado cuenta es de que, en menos de un mes, ha matado a más de ocho crías de oveja xalda y también a unas cuantas gallinas de la aldea más próxima al centro comercial de Trasona. "Lo tengo todo vallado, pero aún entra el bicho ese y eso me obliga a tener que guardar las ovejas aquí", relata Manuel Rodríguez Fernández, un ganadero que cuenta con más de un centenar de ovejas, mientras señala el cercado que tiene electrificado y al que, por el momento, no ha entrado ningún "animal extraño".

El "bicho" ataca por las noches y su sigilo le permite pasar desapercibido para los residentes en este barrio de Trasona. "No sabemos ni por donde entra ni nada, solo sé que mata a las ovejas y les come la cabeza, y la verdad, me parece raro que no las coma enteras", indica Rodríguez Fernández, que supone que el animal desconocido "debe escalar o saltar la valla" por lo que ha rechazado que sea de un gran tamaño. "Los jabalíes pueden entrar y fozar el terreno, pero no matan", cuenta el afectado, que también tiene un rebaño de ovejas en el concejo de Allande. "Tengo 80 y allí sé que, si hay un problema, lo más normal es que sean los lobos. Pero aquí no hay, debe ser una jineta, una raposa o yo que sé", apunta.

La presencia de "Yesi" y "Lucas", los dos perros de la casería, parece ser insuficiente para que el animal cometa sus sangrientas tropelías nocturnas. "Si los suelto, quizá no atacaba, pero no sé. Creo que lo mejor es que las ovejas se queden en este cercado porque, desde que las metí, no pasó nada, al menos, hasta el momento", relata Manuel Rodríguez, que ya se ha puesto en contacto con los vecinos de las casas contiguas para analizar la situación. De momento, ni se han planteado haber batidas nocturnas ni nada que se le parezca. "La solución que nos queda es perder dinero y lo que me extraña es que no haya ocurrido nada similar hasta ahora", indica el afectado, que tiene que conformarse con mantener a sus ovejas en un espacio reducido cuando dispone de un terreno de más de tres hectáreas, es decir, 30.000 metros cuadrados.

Cada una de las víctimas del animal desconocido supone una pérdida de entre cincuenta y sesenta euros para Manuel Rodríguez. "Qué le vamos a hacer, aguantarnos. Y, mientras tanto, poner medidas como la que hago yo, meter las ovejas en un espacio reducido en el que espero que no entre ningún bicho", comenta este ganadero, mientras saca a pasear a su rebaño por el resto de su terreno, en el que desde hace un mes un animal sin identificar come, literalmente, las cabezas de ganado.

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