Los vecinos de San Miguel de Quiloño y de La Plata reclaman al Principado más seguridad vial para la carretera AS-320, la popularmente conocida como la carretera de La Plata, que comunica Piedras Blancas con Avilés. Los residentes se quejan de la velocidad a la que circulan muchos conductores. "Algunos utilizan la carretera como el circuito automovilístico", dicen. Por eso, reclaman más vigilancia para que los chóferes respeten los límites de velocidad y la mejora de la calzada.

La vía es propiedad del Principado y el único trayecto que tiene los vecinos de La Plata, San Miguel y otros núcleos de la zona para acudir a pie a Piedras Blancas. "Hace años que pedimos una acera y hace unos meses se aprobó en la Junta General del Principado la habilitación de una senda peatonal pero está pendiente de ejecutar", afirman los afectados.

El tramo más peligroso es el que va desde la localidad de La Plata hasta Piedras Blancas. "Una zona en la que hay varios puntos negros, como los cruces con los accesos a San Miguel de Quiloño y a El Llordal. Así como el tramo de la calzada que discurre bajo el puente de Feve, donde hay mucha humedad, barro y piedras", destacan.

Los accidentes de tráfico también preocupan a los vecinos y, en general, a los usuarios de la carretera de La Plata. "El Principado debería mejorar el firme de la calzada y poner más señales de tráfico sobre todo en la curva de acceso a San Miguel y a El Llordal y también en las que hay en la localidad de La Plata", dicen.

Los accidentes en la curva de acceso a San Miguel de Quiloño son habituales. Rara es la semana en la que no se produce un accidente, según los vecinos. "Los coches terminan en el río Raíces tras deslizarse por un terraplén de tres metros", señala un vecino de San Miguel. "La calzada está en mal estado y las ruedas no agarran independientemente de la velocidad a la que se circule", añade.

Los afectados sostienen que una vez que habilite la senda, al menos los peatones estarán más seguros. El camino, de un kilómetro de longitud está proyectado entre el Ventorrillo y la Plata y de ahí hasta conectar con la senda fluvial del Raíces. El coste previsto rondará los 300.000 euros.