El Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) prevé prorrogar la detención judicial del pastelero avilesino Julio Pardo, presunto autor del crimen del Carbayedo en el que perdió la vida su mujer, Ascensión Amores, de 46 años. El supuesto homicida, de 45, prestó declaración ayer por primera vez ante agentes de la Comisaría de Avilés, responsable de la investigación. Dos policías se desplazaron exprofeso al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), en Oviedo, con este fin. Pardo sufre una inflamación pulmonar derivada de la supuesta ingesta de pastillas y dos botellas de whisky, según medios próximos a la investigación. Permanece ingresado en un módulo de seguridad del HUCA bajo custodia policial.

La previsión, ahora, según avanzó ayer el TSJA, es que se prorrogue la detención judicial a la espera de poder tomarle declaración a principios de la semana que viene, probablemente el lunes, ya sea en la sede del Juzgado avilesino o mediante una comisión judicial que se desplazaría también al HUCA. Podría darse el caso de que el juez decrete su ingreso en prisión sin que pase a disposición judicial, una posibilidad que si bien contempla la Ley se aplica en casos muy excepcionales.

Los problemas económicos de la pareja son el móvil del crimen que cada vez cobra más fuerza para los investigadores, que en las últimas horas revisaron las cuentas del matrimonio y hallaron movimientos recientes para los que todavía no tienen una explicación, según ha podido saber este diario de fuentes próximas al caso. El matrimonio había tomado las riendas del negocio familiar, la pastelería La Duquesita, en el año 2006, coincidiendo con la jubilación del padre de Pardo.

La primera declaración del presunto homicida del Carbayedo coincidió con el funeral de su mujer. El dueño de La Duquesita supuestamente asfixió a Ascensión Amores con una almohada y le propinó varios golpes en la cara con una llave inglesa, según el informe preliminar del forense elaborado durante el levantamiento del cadáver. La mujer fue hallada en el suelo de la habitación conyugal con la almohada tapándole el rostro, según un informe al que ha tenido acceso este diario. El presunto homicida fue encontrado junto al cadáver.

Los familiares de Ascensión Amores fueron quienes dieron la voz de alarma. Acudieron el miércoles por la mañana a la Comisaría -situada a unos doscientos metros del escenario del crimen- tras no poder localizar al matrimonio, que no tenía hijos. El último día que la pareja abrió la pastelería fue el pasado lunes. El martes, cerraron como era habitual por descanso semanal y, el miércoles, la verja que protege el negocio siguió echada. Esa fue la gota que colmó la paciencia de los familiares de Ascensión Amores, que solicitaron colaboración a la Policía Nacional.

Cuando los agentes accedieron a la vivienda, un sexto piso en el número 11 de la calle Ramón y Cajal, se encontraron a la mujer muerta en el suelo de la habitación junto a un charco de sangre, según fuentes próximas a la investigación. Los agentes descubrieron después, debajo de la cama, una llave inglesa ensangrentada, la supuesta arma homicida, según las primeras hipótesis. Ascensión Amores murió presuntamente por los golpes que le propinó Julio Pardo en la cara, según el informe preliminar de los forenses.

La muerte de Amores, la primera víctima mortal por violencia machista de Asturias este año y la octava en el trágico ranking nacional, ha generado un notable movimiento ciudadano en contra de los malos tratos.