Un nuevo operador del barco "Lybov", abandonado en Avilés, la compañía rusa Sandra Shipco, se comprometió ayer a intentar solucionar los problemas que tienen en vilo a los 14 marinos del buque detenido en Avilés. Según explicó ayer la inspectora del sindicato internacional del mar, la ITF, Luz Baz, todo depende de las decisiones del armador, que es el responsable de poner fin a esta situación de indefensión laboral. Los tripulantes llevan meses sin cobrar, pero además de esto no tienen víveres -sobreviven gracias a la colaboración de Cruz Roja- y la cocinera, con una infección bucal, precisa atención sanitaria urgente.

La Capitanía Marítima de Avilés detuvo el barco en diciembre, por varias deficiencias técnicas, algunas de ellas derivadas de la falta de pagos a la tripulación. El buque cumple punto por punto las características de la "bandera de conveniencia": su pabellón es de las islas Cook, el armador registral es Cameo Asociates con oficina en Panamá, el operador hasta hace unos días era AGS Unión Marítima (ahora cambió a la rusa Sandra Shipco), los tripulantes son rusos y ucranianos... Y nadie se hace cargo de poner el dinero necesario para continuar la navegación. A todo esto se suma que no hay consignatario, ya que la empresa Bergé duda si asumir el encargo.

Luz Baz, que se reunió ayer con los marinos y prevé regresar hoy a bordo del "Lybov", explicó que la nueva ley de navegación marítima hace que sea muy difícil ir a los juzgados, ya que sería necesario poner una fianza alta, mientras que hasta hace sólo un año esta cantidad era simbólica. "Los juzgados son la última opción", reconoció. Así que mientras tanto intenta negociar con los responsables de un barco que, técnicamente, ya se puede considerar abandonado, porque sus tripulantes llevan más de dos meses sin cobrar. Baz remitirá, además, un informe a la OMI y a la OIT. "Lo curioso es que este barco no se ajusta a las características habituales porque es nuevo, de 2014, y vino con carga, sin un registro de accidentes", añadió.

La deuda que tendría que pagar el armador para poder poner en marcha el barco es de 84.000 euros, al margen de otros pagos a mayores adelantados. Vladimir Pozov es actualmente el capitán de la nave, al promocionar desde el puesto de primer oficial cuando abandonó el anterior capitán.