El pastelero avilesino Julio Pardo, de 45 años, no recuerda nada de lo que ocurrió en la madrugada del 26 de enero, cuando presuntamente mató a golpes a su esposa, Ascensión Amores, de 46. "El lunes cerramos la tienda hacia las nueve de la noche y cenamos fuera, en un restaurante de Avilés. Luego regresamos a casa, tomamos algo y mi mujer se acostó. Yo me quedé bebiendo y, en un momento de desesperación, empecé a tomar pastillas con la intención de suicidarme, de quitarme la vida", confesó el pasado viernes desde el centro penitenciario de Villabona el presunto asesino de Amores a su abogado, el ovetense Félix Guisasola. Así lo dio a conocer ayer el letrado, que puso voz a sus palabras. Pardo manifestó que el matrimonio estaba "acuciado por problemas económicos", que no tenía conflictos con su mujer y que mantenía "una gran relación" con su familia política.

"Las primeras declaraciones fueron confusas. Hay que tener en cuenta que a Julio Pardo lo encontraron casi inconsciente después de haber tomado todas las pastillas que encontró por casa. Y es evidente que no estaba bien cuando estuvo muchas horas tirado en el suelo y varios días ingresado en un hospital", precisó el letrado. Julio Pardo no reconoce los hechos que se le imputan. "Él no tiene recuerdo consciente de nada posterior a estar bebiendo y tomando pastillas; es decir, no tiene recuerdo de haber tenido ningún altercado ni de haber reñido o haberle hecho algo a su mujer", señaló el abogado, que destacó que su defendido tampoco recuerda haber salido del domicilio conyugal en ningún momento.

El titular del juzgado de primera instancia e instrucción número 5 de Avilés, Julio Juan Martínez Zahonero, ordenó el ingreso en prisión comunicada y sin fianza de Julio Pardo el pasado día 1 de febrero por un presunto delito de asesinato.

Félix Guisasola incidió ayer en la importancia de la evaluación del pastelero avilesino por parte de los profesionales sanitarios. "Él sabe lo que ocurrió porque se lo han dicho, pero no reconoce los hechos porque no los recuerda. A Julio Pardo lo encontraron tirado en el suelo y se lo llevó una ambulancia en estado semiinsconsciente", subrayó el abogado del despacho Vázquez y Guisasola de la capital asturiana.

El pastelero avilesino pasó casi dos días junto al cadáver de su mujer, Ascensión Amores, en el piso del Carbayedo en el que convivían. Las investigaciones apuntan a que la mujer murió por los fuertes golpes que le propinó presuntamente su marido en la cara y la cabeza con una llave inglesa y la autopsia reveló que llevaba más de treinta horas muerta. Según fuentes de la investigación, el crimen se perpetró en torno a las cuatro de la madrugada del 26 de enero.

Al día siguiente, nadie tuvo noticias de la pareja. El martes el negocio cerraba al público por descanso. Fue el miércoles día 27 cuando familiares de Amores alertaron a la Policía Nacional. Cuando los agentes consiguieron acceder a la vivienda encontraron a la mujer muerta en el suelo del dormitorio y a su marido, Julio Pardo, en otra estancia de la vivienda. El juicio se celebrará en la Audiencia Provincial, en Oviedo, y el pastelero se puede enfrentar a una pena de hasta 25 años de prisión.