Nadie estaría hablando de la posibilidad de que la cofradía "Virgen de las Mareas" aumente su participación accionarial en la rula de Avilés para tomar su control si la entidad no hubiera logrado recortar un 77% su deuda en estos tres últimos años, dejándola en 320.000 euros. La principal clave que explica el aparente "milagro" obrado en las cuentas de la cofradía de pescadores es que la entidad tiene en marcha un plan de enajenación de su patrimonio, fundamentalmente representado por las viviendas del poblado del Nodo y con un valor estimado en 2013 de seis millones de euros.

Al margen de la venta de patrimonio, la cofradía tiene en marcha otras líneas de acción con el objetivo de recobrar el equilibrio financiero. En relación al barrio del Nodo, se puso en marcha un plan de regularización de inquilinos para determinar quiénes ocupan las casas en plenitud de derechos y quiénes están en precario o, directamente, de forma ilegal. Así mismo, los residentes en el Nodo han sido conminados a organizar comunidades de vecinos para que sean los propietarios e inquilinos los que asuman los gastos propios de cada inmueble (luz, mantenimiento, averías, etcétera).

Otro recurso puesto en práctica por la cofradía "Virgen de las Mareas" para aliviar la presión de su deuda consistió en negociar con los bancos, agrupando los diferentes créditos y tratando de conseguir unas mejores condiciones financieras. La reducción de gastos ordinarios de la Cofradía constituyó el cuarto pilar del plan de viabilidad: dejaron de prestarse servicios deficitarios y se revisaron otros que apenas cubrían los gastos que implican, además de aplicar medidas de austeridad generalizadas.