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Actividad en el área sanitaria avilesina

El proyecto de la unidad de ictus cae en saco roto tras el rechazo de la Junta

Los neurólogos del San Agustín lamentan la paralización de una iniciativa con camas motorizadas que podría beneficiar a más de 300 pacientes al año

El proyecto de la unidad de ictus cae en saco roto tras el rechazo de la Junta M. VILLAMUZA

Los neurólogos del Hospital San Agustín llevan ya tiempo solicitando la implantación en Avilés de una unidad de ictus dotada con cuatro camas de la que se podrían beneficiar alrededor de 320 pacientes con enfermedad cerebrovascular isquémica (trombosis, embolia...) del área al año. Pese a estar desde 2013 todo dispuesto para la puesta en marcha de dicho servicio, el proyecto está ahora parado. Los representantes del PSOE, IU, Ciudadanos y Podemos votaron la pasada semana en la Junta General del Principado en contra de su formación en Avilés; al contrario, respaldaron una iniciativa del PP respecto a mejorar el tratamiento del ictus con formación especializada dirigida a los médicos de familia y con dispositivos de neurorehabilitación.

La implantación de una unidad de ictus en Avilés nada tiene que ver con el llamado "Código ictus", un sistema de identificación y derivación de pacientes cuyo objetivo es asegurar el acceso a un centro de referencia de patología cerebrovascular -el HUCA, en Oviedo; o Cabueñes, en Gijón- a todos los pacientes con ictus agudo en el menor tiempo posible. La unidad especializada que se planteaba para Avilés tenía como misión acoger a los enfermos que, por sus características, requieren cuidados especializados y que, actualmente, son ingresados en las plantas de hospitalización de Neurología. De los aproximadamente 400 pacientes que sufren un infarto cerebral en el área sanitaria avilesina al año, unos cuarenta requieren técnicas avanzadas. En estos casos es cuando se activa el "Código ictus".

"El resto de pacientes, que requeriría permanecer en una unidad específica, queda en el San Agustín. Esto influye en su evolución. La atención del enfermo en una unidad de ictus rebaja a un tercio la mortalidad y a la mitad la discapacidad", precisó el neurólogo del San Agustín y presidente e la Sociedad Neurológica Asturiana, José Antonio Vidal. En Avilés, tenían el proyecto, la ubicación, la formación y los medios materiales necesarios. "La falta de esta unidad es un ejemplo de discriminación", manifestó.

La unidad de ictus del Hospital San Agustín se planteaba como un servicio vinculado a Neurología dotado con cuatro camas dedicadas exclusivamente a la atención de los pacientes con enfermedad cerebrovascular isquémica. Dichos enfermos, a menudo inestables como consecuencia de sus patologías, estarían las 24 horas del día monitorizados. Detrás de este proyecto estaba un grupo de trabajo multidisciplinar y el San Agustín ya había adquirido un ecógrafo transcraneal dirigido principalmente a la unidad.

"Con la decisión política, hemos perdido una gran oportunidad para más de 300 pacientes del área sanitaria avilesina; más aún teniendo en cuenta la carencia de medios existente en cuanto a personal en el área sanitaria", precisa Vidal, resignado. "Solo nos queda esperar ahora por tener rehabilitación o logopeda para pacientes en fase aguda en el Hospital, pero todo está en el aire", agrega el neurólogo, que en todo momento valoró el funcionamiento del "Código ictus" y el servicio que realizan en este sentido los profesionales del Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU), entre otros implicados en el éxito del programa.

Las razones que esgrimieron los parlamentarios asturianos para echar atrás la unidad especializada de Avilés son variopintas. Carlos Suárez, encargado de defender la moción del PP, incidió en que "resulta una cuestión prioritaria" mejorar el protocolo que se aplica en el sistema sanitario asturiano en estos casos. Abogó también por ofrecer formación específica a los médicos de familia, primordialmente a los que están en la primera línea de la asistencia al ictus y trabajan en centros sanitarios que no disponen neurólogo. Ambos puntos fueron aprobados por unidad: 45 votos a favor sobre 45. No ocurrió lo mismo con la implantación en Avilés de una unidad especializada para enfermos con infarto cerebral.

El PP y Foro Asturias apoyaron la iniciativa. No lo hizo Ciudadanos. Luis Armando Fernández consideró que si bien la equidad "es muy importante, también lo es la eficiencia en el gasto". Marta Pulgar, en nombre de IU, solicitó la votación por puntos, y así fue. Andrés Fernández Vilanova, de Podemos, hizo alusión a la instalación del sistema "teleictus" en los hospitales comarcales de la región (Jarrio y Cangas de Narcea) y dijo, a juicio de Vidal, una frase desafortunada en su intervención: "El teleictus garantiza el acceso al tratamiento. Otra cosa sería dónde queda ingresado el paciente, pero esto no es una cuestión de equidad si no de confort". "Los pacientes se enfadaron con esto. Utilizar la palabra 'confort' en este caso fue un error", precisa el neurólogo. Carmen Eva Pérez, del PSOE, incidió igualmente en el establecimiento de unidades de telemedicina frente a la implantación de unidades especializadas.

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