El debate abierto por el Ayuntamiento sobre mantener el diseño del cruce de El Pozón o cambiarlo por una glorieta ha calado entre los vecinos del entorno de la calle Santa Apolonia, que están llamados a participar con sus opiniones en una votación ciudadana pionera en la ciudad. Y así, aunque en lo que todos están de acuerdo es en que la reforma de la vía es urgente, cada uno entra luego en diferentes matices. Los residentes en la zona ya han recibido en sus casas una carta de la Alcaldesa, Mariví Monteserín, explicándoles la propuesta e invitándoles a participar, el día 17 de febrero (18.30 horas) a la presentación de la consulta en el centro sociocultural de Llaranes.

Quienes abogan por mantener el diseño actual lo hacen, sobre todo, en base a dos consideraciones: que es más barato y que permite conservar la marquesina, un elemento del mobiliario urbano que se ha convertido, con medio siglo de historia, en todo un emblema del barrio. Por el contrario, los defensores de la rotonda sostienen que ya es hora de modernizar el trazado y que una glorieta siempre es más operativa para el tráfico que los actuales semáforos.

Los vecinos consultados ayer por este periódico se decantaron de forma mayoritaria por el cruce. Sin embargo, en la encuesta que puso en marcha la versión digital de LA NUEVA ESPAÑA, el resultado fue el inverso, y el doble de los participantes expresaron su preferencia por la rotonda. Serán los residentes del entorno de la avenida (6.312 vecinos mayores de 16 años) quienes tengan la última palabra.

Carlos Marcos González, Juan Pedro Moreno, Víctor González y José Manuel Quirantes, de tertulia delante de un bar, lamentaban ayer de forma unánime la situación de Santa Apolonia, no sólo por los baches de la calzada y el deterioro de las aceras, sino también por las inundaciones que se producen cada vez que llueve y que afectan a muchos bajos. En la necesidad de reforma están de acuerdo, pero no en la solución que prefieren.

González es, de los cuatro, el único que aboga por la rotonda: "Hay que ser europeos". ¿Y la marquesina? "Tiene más años que yo, que la quiten", dice. Sus contertulios no están de acuerdo. "Mejor que lo dejen como está, es una institución aquí, que se dejen de rotondas", apuntan los tres. Y, en este grupo, la división es la misma a la hora de opinar sobre el pavimento de las aceras. Moreno, González y Quirantes ven con buenos ojos el aglomerado de color, mientras que González se decanta por las baldosas. "Las baldosas te mojan cuando las pisas", argumenta el resto.

En casa de Matías Hernández y María Consuelo Losada también se ha abierto el debate. Y ambos coinciden en sentir pena si quitan la visera de la marquesina, que lleva allí "toda la vida". En Santa Apolonia, ya no quedan los chopos que en su día ribeteaban la avenida, pero la marquesina sigue en pie y además con utilidad para guarecer de la lluvia a los usuarios del autobús.

Fausto Briones, con quien se detienen a charlar en la acera, advierte de que es "una vergüenza" cómo está la calle. "Está comprobado que las rotondas quitan muchos accidentes", opina. Matías Hernández, en cambio, no es mucho de glorietas. Pero se contenta "con lo que tenga que ser", igual que con el pavimento de las aceras.

Roberto Sánchez, de camino a la marquesina, se muestra sin duda favorable a la rotonda. "Viendo cómo funcionan iba a aligerar mucho el tráfico y dar seguridad al cruce, porque los conductores hacen cada cosa aquí que es terrible", sostiene. ¿Y el pavimento? "El aglomerado es mejor, más liso y no se atascan las ruedas de los carritos", remata.