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Jubilación por la puerta grande

El policía Álvaro Abelairas recibe el cariño de sus compañeros tras 24 años patrullando y más de 12 en el Ayuntamiento

Álvaro Abelairas saluda con los brazos levantados, junto a José Aguilar, a su llegada a la espicha. MARA VILLAMUZA

Álvaro Abelairas se jubiló ayer por la puerta grande. Casi un centenar de personas se citaron ayer en una espicha sorpresa para despedir a este coruñés de nacimiento, asturiano desde hace 45 años, que un buen día decidió presentar la instancia para incorporarse a la Policía Local de Avilés. Tras 24 años patrullando y 12 años y medio vigilando la entrada del edificio consistorial, Abelairas logró algo difícil de conseguir: el reconocimiento y cariño de todos, desde los trabajadores municipales hasta los miembros de las diferentes Corporaciones municipales a los que, incansable, saludó durante más de tres mandatos. Y ayer se sentía abrumado. "No contaba yo con esto", confesaba, mientras sonreía a todos y se dejaba hacer fotos.

La vida policial de Álvaro Abelairas comenzó un buen día en el que se topó con un amigo que ya estaba en el cuerpo y se le ocurrió comentarle a su mujer, Pilar Fernández, que a él también le gustaría entrar. Ella le animó, y cuando salió una convocatoria de plazas en Avilés, en 1979, cambió la construcción por la patrulla. Después de 24 años tuvo la posibilidad de entrar a hacer la guardia en el Ayuntamiento, y aceptó. Allí, con su paciencia proverbial, atendió todo tipo de consultas, hizo de guía turístico, ofreció teléfonos y direcciones e intentó "pacificar" a vecinos que acudían indignados con las cuestiones más peregrinas. "Ves de todo un poco. Había quien iba porque no tenía luz o no le funcionaba la lavadora".

Con un saludo amable siempre dispuesto, Álvaro Abelairas recibió cada día a los tres alcaldes que se sucedieron con él en el Ayuntamiento: Santiago Rodríguez Vega, Pilar Varela y Mariví Monteserín. Esta última ofreció un discurso previo a la entrega de regalos, y tampoco Varela quiso perderse la fiesta, así como otros muchos miembros del gobierno actual. "Estuve muy bien con todos, no tengo quejas", afirmó el homenajeado. Y de su compañero, José Aguilar, aseguró que fue "de lo mejorcito". Así que los recuerdos que se lleva de su trayectoria laboral son francamente positivos, e incluso quita importancia a las tres amenazas de bomba con las que tuvo que lidiar. "Solía ser en tiempo de exámenes", recuerda. Ahora, con la jubilación, Abelairas se centrará en "las cosas de casa, la bici y lo que mande la jefa".

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