Arís Fernández y Alejandro Pérez "Galán", los dos corveranos que quieren recorrer 15.000 kilómetros por Asia hasta Tailandia con un gasto máximo de veinte euros al día entre ambos van quemando etapas. Su viaje de "presupuesto límite" ya está en su tercera parte, tras partir de Madrid el 15 de enero. En este mes los dos aventureros se han empapado de la cultura rusa.

Los dos corveranos ya han vivido una de las experiencias que no se querían perder en su recorrido: visitar el lago Baikal y pasar unos días en la isla en la que está ubicado el pueblo Khuzir, una localidad que vive a caballo entre la Siberia más tradicional y el turismo. Y califican de "casi mística" la experiencia. "El lago Baikal posee el 20 por ciento del agua dulce del planeta, y tiene tanta agua que si le hiciéramos un agujerito para vaciarlo, la superficie de toda la tierra quedaría inundada 20 centímetros. A eso sumarle que mide 630 kilómetros, que tiene 1.600 metros de profundidad y que más de 1.500 especies de seres vivos habitan en él", señalan los corveranos en el blog en el que narran su viaje. Temperaturas de 32 grados bajo cero les acompañaron en esta etapa por la parte asiática de Rusia.

El recorrido desde el corazón de Rusia a Siberia, y concretamente al lago, no fue fácil de cubrir y menos con el presupuesto que tienen los dos corveranos. La recta final de esta etapa lo demuestra: "Llegamos hasta allí tras varias horas de autobús y comenzó la típica situación en la que no te estas enterando de nada, pero intuyes que lo que pretenden es que te metas en un artilugio para deslizarte sobre el hielo hasta la isla y, allí, de nuevo entre palabras que no entiendes, acabas metido en la típica furgoneta rusa capaz de avanzar en cualquier circunstancia", explican.

Antes, en la primera etapa del viaje, se empaparon de la cultura de Moscú y los pueblos rusos de la parte europea. "Rusia tiene un carácter curioso, como pocos de los que he visto en el mundo. El estereotipo de hombres serios, duros, con una sonrisa que ni está ni se le espera, desaparece al tiempo que aparece la cámara y nos oyen hablar. Los extranjeros hacemos bajar la guardia a los hombres de hielo y todo se vuelve un divertido caos", señala la pareja corverana.

A estas alturas deberían estar ya en Mongolia, pero conseguir tener conexión a Internet no debe ser fácil en aquellos lares. La idea que tenían era llegar a Ulan Bator, capital mongola, y contratar un intérprete para conversar con las tribus nómadas como los khalkh, kazajos y tuvanos. Y es que uno de los objetivos del viaje es grabar un documental en este país en pleno invierno, algo que ningún español ha hecho todavía.