Cristino García Granda es natural de El Ferrero y uno de los gozoniegos más ilustres. Tiene el honor de ser, junto al Comandante Robert, el único español en haber recibido la máxima condecoración del Ejército francés por su labor en la Resistencia contra los nazis. Uno de sus logros fue dirigir un batallón de trescientos soldados que derrotó a 1.500 alemanes en el sur de Francia, más concretamente en la denominada batalla de La Madeleine. Tras años de peticiones, principalmente, por parte de IU, el guerrillero gozoniego dará ahora nombre al parque de La Vallina, según ratificó hace unos días el alcalde, Jorge Suárez (PSOE). Este reconocimiento llega 70 años después de ser fusilado.
La importancia histórica de Cristino García es tal que tras su muerte -fue fusilado por el franquismo en marzo de 1946- Francia llegó a cerrar la frontera con España y mandó retirar a su embajador. Un hecho casi insólito en las relaciones internacionales entre ambos países.
El guerrillero gozoniego nació en 1913 en Casa Velín, en la finca de Los Folgueros, en lo que hoy en día estaría cercano al Semáforo de Peñas. Según testimonios de vecinos, García Granda era el mayor de seis hermanos: Floro, José María, Milio, María y Celia. Esta última tenía 14 años cuando su hermano fue abatido a balazos tras haber sido detenido por maquis en Madrid.
Con poco menos de seis años, Granda se trasladó a vivir con su familia a Castrillón, a una zona próxima a Piedras Blancas aunque no perdió los lazos con su Gozón natal. De hecho, solía visitar a su primo José Bernaldo, que aún vivía en El Ferrero. El guerrillero antes de serlo era alto y corpulento. "Medía 1, 80", comentó Benjamín Suárez, de Casa Venturo, vecino de El Ferrero.
A los 23 años comenzó su lucha política tras afiliarse a Juventudes Comunistas. Corría el año 1930, meses antes de la proclamación de la Segunda República. Cuatro años después, Cristino participó como dinamitero en los asaltos a cuarteles en la Revolución del 34 en Asturias y posteriormente se trasladó a Sevilla para trabajar como fogonero de un barco mercante. Allí le pilló el golpe de Estado del 18 de julio de 1936. Con una mano delante y otra detrás, el gozoniego volvió a Gijón para trasladarse poco después a Barcelona para luchar en el frente de Cataluña. Se unió a las 235 Brigada del XIV Cuerpo del Ejército Guerrillero y se exilió a Francia, donde no dudó en combatir en los grupos guerrilleros del sur del país. "Cristino era un militante internacionalista que luchaba contra un enemigo común, que no era otro que el fascismo. Además, rompe con la idea del nacionalismo burgués", comentó el historiador Enrique Lister, hijo del histórico líder comunista en la guerra civil española durante una visita a Avilés. En el país galo, Cristino García dirigió tropas en Foix y La Madeleine, entre otras zonas. Tras los éxitos obtenidos, el gozoniego recibió de manos de Charles de Gaulle la Legión de Honor.
Pese a haber vencido a Adolf Hitler en Francia, Cristino García quiso salvar a su pueblo "de las garras del fascismo" y retornó a España en 1945 para luchar como maquis. En enero de 1946 fue apresado en una cárcel madrileña, como así se lo hizo saber a sus familiares en una carta. En la misiva, García narra que está preso y pide a su familia que no "pase pena porque no es nada grave, es un delito político". También les comenta que se ha casado con una francesa de nombre Mimy Romaguera. Ésa fue la última carta que sus padres y hermanos recibieron. Según recordaba su hermana Celia, su ahijada, hace unos años, un cartero de Bañugues "que era de derechas" leía las cartas a sus padres. Dos meses más tarde, en marzo de 1946, Cristino García fue fusilado en Madrid. Setenta años después, su concejo natal le recordará dándole nombre a un parque para honrar su memoria.
