"El desarrollo tecnológico contra el cáncer ha sido impresionante en los últimos cinco años". El experto en oncología Rubén Cabanillas, director del servicio de esta especialidad en el Centro Médico, ofreció ayer la segunda conferencia del ciclo "Cáncer y Sociedad", que organiza la Sociedad Económica de Amigos del País de Avilés y Comarca. Y expuso ante los asistentes de qué forma la tecnología y su abaratamiento está permitiendo multiplicar las claves que explican el cáncer, lo que es útil tanto para su prevención como para su tratamiento.

El cuerpo adulto, indicó, tiene más de 100 millones de células. "Y por eso tienen que existir mecanismos de control que recuerdan a cada célula su función, porque sin ese control pueden convertirse en seres autónomos dando lugar a un tejido aberrante y descontrolado: el cáncer". Una célula maligna, añadió, "es inmortal, y es capaz de invadir los tejidos de alrededor, viajar a otros órganos y colonizarlos: eso son las metástasis".

Los avances en biología molecular, explicó Rubén Cabanillas, han permitido pasar de la secuenciación del código genético que se realizó en 2001 tras once años de trabajo, más de 3.000 científicos y más de 3 billones de dólares de inversión, a que la revolución tecnológica de 2007 permita secuenciar un genoma en un mes por menos de 1.000 dólares. "El cáncer es tan complejo que para entenderlo necesitas un salto cuantitativo y secuenciar miles de genomas, porque las células aberrantes tienen una capacidad enorme de mutación".

Y Asturias tiene un papel relevante en toda esta investigación de los genomas, liderada por Carlos López Otín, según señaló Cabanillas. También destacó, en lo que a futuras investigaciones se refiere, la inversión de 1.000 millones de dólares en dos años prometida por Barack Obama para acelerar el ritmo de los descubrimientos contra el cáncer. Y es que el trabajo pendiente es aún mucho. "Cada cáncer es único. El conjunto de alteraciones genómicas rara vez coinciden entre pacientes. Y entender el proceso de génesis del cáncer nos sirve para prevenirlo y para realizar tratamientos individualizados, adaptados a cada paciente y a cada tumor".

De todos modos, más allá de los tratamientos, el doctor aseguró que la principal arma en la lucha contra el cáncer es la prevención. Hay tres factores que influyen en el desarrollo de un cáncer: los ambientales, los hereditarios y el azar. "Los factores ambientales son bien conocidos y controlarlos sigue siendo nuestra mejor inversión: tabaco, alcohol, dieta, sedentarismo...". De hecho ya se conocen las huellas genómicas de diferentes cancerígenos, como el tabaco, la radiación ultravioleta, el benceno y diversas sustancias químicas. "Y lo importante es llegar a identificar nuevos cancerígenos". El azar sin embargo tiene un papel menos relevante del que hasta ahora se pensaba. Según Rubén Cabanillas sólo influye entre un 10 y un 30 por ciento: el resto son factores ambientales, entre los que también juega su papel la herencia.

Y es que el factor hereditario tiene que tenerse en cuenta para prevenir, ya que se pueden heredar mecanismos de reparación poco eficaces o sensibilidad especial hacia algunos agentes. "Tuvo mucha relevancia social el caso de Angelina Jolie, que ante una historia familiar de cáncer, en lugar de bajar la cabeza decidió identificar la mutación y evitar que ocurriera". Lo que ocurre es que no siempre la predisposición al cáncer es evidente. También aquí las herramientas tecnológicas despejan el camino, permitiendo en un único análisis analizar todos los genes de cáncer familiar.

Los avances en genómica abren también la puerta a los tratamientos personalizados. Cabanillas explicó que la clave a la hora de pelear contra un cáncer no es el origen primario (esto es, dónde se desarrolle) sino la alteración genética que dirige el comportamiento del tumor. "Si tengo un buen inhibidor ya tengo una terapia. Pero como mutan, hay que combinar diferentes fármacos para evitarles las vías de escape que puedan tener".

Entre las vías de tratamiento se encuentra la inmunoterapia, que no es nueva, y se basa en potenciar la respuesta inmune del organismo frente al tumor. "La novedad es la aparición de una nueva generación de fármacos que quitan el freno que los tumores imponen al sistema inmune. Pero no todos los pacientes responden, tenemos que secuenciar los genomas y buscar patrones". También la radioterapia ha dado un salto espectacular en los últimos años gracias a los avances en física, ingeniería e informática, concluyó.