Los pasteleros, tanto de Candás como de Luanco, están dispuestos a remangarse para conseguir la esperada indicación geográfica protegida, la denominada IGP, para sus marañuelas. La normativa para solicitar este distintivo de calidad atañe directamente, en este caso, a los fabricantes del producto y no a las administraciones. En un principio, la recogida de firmas iniciada hace un mes para conseguir una mayor distinción para el postre típico del Cabo Peñas busca que la Mancomunidad tramite esa denominación para dar más protección a esta galleta centenaria que, según la leyenda, fue introducida por unos vikingos que desembarcaron en la localidad gozoniega de Antromero.

Los profesionales del sector de las marañuelas son conscientes de que el proceso no será sencillo, pero están dispuestos a intentarlo. Algunos pasteleros candasinos, como Manuel Ángel Muñiz, Patache, estarían incluso dispuestos a asistir a una reunión con sus homólogos para avanzar hacia la añorada distinción.

"Creo que una buena opción sería nombrar un intermediario para ponernos de acuerdo y podría ser Víctor (Víctor Manuel Suárez, impulsor de la recogida de firmas en las panaderías y pastelerías)", señala el confitero. Mientras su compañera María Gómez destaca que la consecución de la indicación geográfica protegida "beneficiaría a todos", algo que también comparten los vecinos de los dos municipios implicados.

Hay que tener en cuenta además que, tanto en las villas marineras de Candás y Luanco, hacen marañuelas personas ajenas al sector, como las amas de casa. Algunos fabricantes plantean la posibilidad de una unión entre los gozoniegos y carreñenses para "tener más fuerza". Eso sí, todas las voces coinciden en que cualquier tipo de unión entre pasteleros tiene que respetar las diferencias que existen entre los postres típicos a ambos lados del río Pielgo, que separa los dos concejos.

En el caso de que el producto pase a engrosar la lista de los IGP, los fabricantes de marañuelas estarán sometidos a controles de calidad para poder emplear esas marcas. En el supuesto de que no superen esos controles, no podrán utilizar la denominación protegida a la hora de comerciar los postres típicos de Candás y Luanco. "Si alguien está dispuesto a llevar este asunto y se mueve, por ello, no tendremos ningún problema en sumarnos y, si además hay unión, pues mucho mejor", destaca Antonia Durán, también pastelera de Candás.

En la capital de Gozón, los pasteleros consultados por este periódico no dudaron en sumarse a la petición de que sean los propios productores los encargados de tramitar la distinción. "Lo más importante es que la gente conozca la marañuela y que existe en dos concejos", comenta una confitera que prefirió quedar en el anonimato. "Entendemos la marañuela como un producto turístico y cultural, es un tipo de galleta asociada a una tradición marinera y a unas costumbres comunes en los dos municipios de la comarca de Peñas", añade la pastelera.

Actualmente, varios productos asturianos cuentan con la identificación geográfica protegida, como es el caso de ternera asturiana, el chosco de Tineo y el vino de calidad de Cangas del Narcea.