La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"El ITMA tiene una salud de hierro", responde el gerente a las críticas

Íñigo Felgueroso defiende el modelo organizativo vigente, basado en una menor dependencia de los presupuestos públicos

Íñigo Felgueroso.

Íñigo Felgueroso, gerente de la Fundación Instituto Tecnológico de los Materiales de Asturias (ITMA), defiende el modelo económico y organizativo implantado en la institución justo cuando más arrecian las críticas de partidos políticos como IU y de un sector minoritario de trabajadores de la institución que se sienten perjudicados por algunas de las decisiones tomadas. La realización de al menos cinco despidos, uno de ellos declarado improcedente hace pocos días, tampoco contribuye a aliviar tensiones.

En este clima, Felgueroso sale a la palestra para asegurar que "el ITMA tiene una salud de hierro" y para explicar el porqué de la necesidad de un modelo de gestión que ha aparcado la antigua dependencia de las aportaciones públicas para dar casi todo el protagonismo a la financiación de origen privado. Un modelo que, según recalca el propio Felgueroso, refrendan tanto el Gobierno regional como los patronos privados de la institución.

Lo primero que el gerente quiere dejar claro es que "la Fundación ITMA no es pública, sino privada en una amplísima parte de su patronato y de su financiación". Y como tal, asegura este ingeniero gijonés fichado en su día para darle nuevos bríos a la I+D asturiana, "hay que adaptar la estructura organizativa a la exigencia que supone competir por los recursos privados". Traducido a efectos prácticos, esa "adaptación" implicó despidos de personal, la supresión de un departamento científico (Óptica), el adelgazamiento de otro (Fotónica y Nanotecnología) y cambios de personal que no fueron del agrado de algunos de los afectados.

Felgueroso matiza que, pese a las "ingratas medidas de ajuste de aquellos investigadores o departamentos que no generan los recursos suficientes para autofinanciarse", el conjunto del ITMA no ha dejado de crecer pasando de 95 empleados a 112 y cerrando el año pasado, por ejemplo, con 70 proyectos de investigación realizados por los 46 de 2014. La institución, además, ha cerrado los últimos ejercicios contables con superávit.

La quiebra del modelo basado en una importante carga de financiación pública supuso, por su parte, pasar de unos ingresos por ese concepto de más de tres millones de euros en 2010 a 250.000 euros el año pasado. "Ese vacío se llenó con la captación de dinero aportado por empresas y entidades privadas; es decir, con la realización de proyectos que generan una contraprestación económica", explica el gerente.

Según Íñigo Felgueroso, "hay tres tipos de I+D: la básica de altísimo riesgo (que suele estar subvencionada desde los estamentos públicos al 100 por ciento), la de mínimo riesgo (característica de las empresas y financiada, de media, con un 10 por ciento de recursos públicos) y la que se realiza en el vasto territorio que queda en el medio de las otras dos y que es, precisamente, a la que ha virado el ITMA; en este último caso dependes de lo que vales y sobrevives si eres capaz, en el actual contexto de crisis y, por tanto, de reducción de recursos, de hallar la financiación necesaria cada año". Con esto, Felgueroso justifica la implantación de un modelo "exigente con la productividad" y, eventualmente, traumático para el empleo. "Como en cualquier otra empresa", recalca el gerente.

El responsable del ITMA destaca la "importancia estratégica" que tiene para Asturias este enfoque de la investigación aplicada y deja una pregunta en el aire: "La competencia de los centros tecnológicos por los recursos es feroz: el País Vasco; Galicia... ¿Queremos estar preparados para esa lucha o dejamos vía libre a nuestros vecinos?"

Compartir el artículo

stats