El marido y presunto asesino de Ascensión Amores, el pastelero avilesino Julio Pardo, pasó ayer una hora en los juzgados de Avilés para cumplir con un trámite judicial relacionado con la ley del jurado. Tanto el Ministerio Público como la familia de la víctima (que ejerce la acusación particular) solicitaron en esta comparencia al titular del juzgado número 5 que impute inicialmente al confitero un delito de asesinato. El abogado defensor pidió que su cliente sea sometido a un examen psiquiátrico. "Queremos que se analice su capacidad para entender lo que pudo haber ocurrido el día de los hechos", apuntó Félix Guisasola, que insistió en que Pardo "intentó suicidarse por problemas económicos" la noche del crimen y que esto es lo único que recuerda hasta que se despertó en el hospital, casi dos días después.

Para la letrada de la acusación particular, María Martín, no cabe duda alguna de que el homicida tendrá que ser juzgado por asesinato, un delito penado con hasta 25 años de cárcel. La abogada acudió a la comparecencia junto a los hermanos de Ascensión, Susi, Amores. Como ya informó este periódico, creen que la mujer, de 46 años, sufrió el ataque brutal estando ya en la cama y posiblemente dormida. La investigación apunta a que falleció en torno a las cuatro y media de la madrugada del 26 de enero (las fuerzas de seguridad, alertadas por la familia, descubrieron el cadáver casi dos días después). El resultado de la autopsia muestra la brutalidad del ataque. El cuerpo de Amores presentaba múltiples heridas en manos y antebrazos, graves lesiones en la parte posterior de la cabeza provocadas por una llave inglesa cuando estaba posiblemente de espaldas y también golpes brutales en la cara y en la frente. También tenía síntomas de asfixia.

Pardo llegó a los juzgados minutos antes de las once de la mañana en un coche de la Policía Nacional, esposado, y estuvo acompañado en todo momento por dos agentes. Su comparecencia ante el juez Julio Martínez Zahonero y ante las partes personadas en el procedimiento duró apenas treinta minutos. Fuentes judiciales comunicaron que la familia ha solicitado al juez que tome declaración a varios testigos, entre ellos los hermanos de la víctima y la camarera que atendió al presunto asesino en la cafetería de la estación de servicio de La Maruca pocas horas antes del crimen.

El homicida regresó a Villabona a mediodía. Según su abogado, Julio Pardo se encuentra "en shock". "Está confuso. No reconoce los hechos porque sólo tiene conocimiento de ellos por lo que le han dicho", aseveró el letrado. El juez comunicará si el procedimiento continúa por un delito de asesinato y si autoriza la práctica de las pruebas solicitadas.