El grupo Glencore -propietario de la empresa Asturiana de Zinc- anunció esta semana que las ganancias de la corporación que preside el empresario sudafricano Ivan Glasenberg cayeron un 32 por ciento (8,7 millardos de dólares). Este descenso no ha sorprendido a los analistas internacionales porque la compañía tiene que hacer frente a una deuda millonaria contraída cuando decidió absorber y hacerse cargo de otro gigante del sector: Xstrata, hasta hace nada, dueño de la fundidora de San Juan de Nieva.

La empresa que dirige Ivan Glasenberg lo que busca ahora es reducir esta deuda de manera notable (está en 30 millones de dólares y pretende dejarla en poco más de 17, según la Agencia Reuters). Para conseguir esto, el gigante apuesta por la venta de minas y por el descenso de su producción de materias primas primordiales (entre ellas, el mineral de cinc, que es de donde salen los lingotes que se producen en Castrillón).

Por otro lado, las ganancias de la compañía procedentes de la comercialización de sus productos se redujeron un 11 por ciento, mientras que el beneficio de su negocio de la minería se deslizó 38 por ciento. La división de marketing del grupo ha asumido un papel cada vez más importante como consecuencia de las fuertes pérdidas en los mercados de productos básicos causadas, principalmente, por la invasión de productos industriales manufacturados en China y puestos a la venta al por mayor desde la pasada primavera en condiciones no equiparables a los productos que se fabrican en occidente. De hecho, las patronales del sector de las materias primas acusan a China de vender a bajo coste.